Yamaha FJ 1200 vs Suzuki GSF 1250 (I)

DUELO DE TITANES (II) Yamaha FJ 1200 vs Suzuki GSF 1250

 by Alberticu

Así rezaba el título de una comparativa que leí en una revista de motos allá a principios de los años 90, cuando la prensa del motor en este país todavía no se había convertido en una campaña de publicidad encubierta. No recuerdo de qué modelos de motos se trataba pero se me quedó grabado el “duelo de titanes” y no se exactamente el porqué. Debía sonar bien, potente, con autoridad.

Aquí, muy en nuestra línea, cómo no nos casamos con nadie, aplicaremos la regla del que hace lo que le da la gana. “Pa chulo mi pirulo” que diría una que conocí. De esta manera voy a “robar” el título de aquella publicación y nos metemos con la comparativa de dos militantes del segmento sport-turismo a día de hoy. Importante subrayar esto último ya que el factor fecha y tiempo importa.

Ambas llegan al mismo punto por caminos bastante diferentes. Sin profundizar en los orígenes, las FJ nacieron como las Yamaha R1 de la época. Motos deportivas que han ganado y siguen ganando carreras. Las Bandit por su parte han sido nakeds y semi nakeds de corte clásico, funcional y precio contenido. La ausencia de las sport-turismo deja ese hueco que hay entre las monturas para viajar con aptitudes deportivas a partes iguales y las auténticas GT (gran turismo), relleno con las trail asfálticas.

En la actualidad visitando la web de Kawasaki no aparece ya ni la ZZR 1400 como último reducto del sector deportivo turístico. Pero no nos engañemos, al menos no del todo. El mercado es el mercado pero somos nosotros los que finalmente fichamos en el concesionario a la hora de comprar. Los fabricantes han sabido derivar nuestras miras hacia nichos donde habitan las BMW GS y similares. Y las ventas les han dado la razón. Por eso no es descabellado decir que las dos motos que nos ocupan son una rara-avis en toda regla. Más la FJ que la Bandit, evidentemente. Pero raras a día de hoy ambas son.

Como somos dos por aquí, Alf y servidor, vamos a estructurar esta comparativa dividiendo las características de las motocicletas en bloques en los que ambos redactores daremos nuestras impresiones a renglón seguido. Alf tuvo una breve toma de contacto con una Bandit de agua grande hace tiempo pero de estricta serie. La Bandit que nos ocupa está puesta al día de suspensiones por lo que no tiene nada que ver con una unidad original. Yo por mi parte nunca hasta ahora he tenido la oportunidad de probar una FJ y de hecho han sido dos para ser más exactos. Modelos 3CV y 3XV. No vamos a alardear de que hemos hecho unas pruebas super exhaustivas porque no es verdad. La cosa no pasó de un intercambio de monturas a medio día aprovechando la reunión anual del club Yamaha FJ a la que ambos asistimos, pero suficiente para sacar algunas conclusiones.

Casi a hurtadillas durante unas horas abandonamos el grupo de FJoteros el segundo día del encuentro para poder rodar bajo un sol infernal y por carreteras poco habituales. Pero tenía que ser así si queríamos echar ese pulso mano a mano entre nosotros y arreglar “cuentas pendientes”. Sol, polvo, gasolina y los dientes apretados… ¡Al turrón!

Ya lo decía mi madre: ¡En verano a la fresca!. Y en la zona del Maestrazgo por los alrededores de Alcañiz muy cerca del desierto de Monegros como que fresca, lo que se dice fresca…, poca. Y a medio día todavía menos. Pero hay que apañarse con lo que se tiene, por lo que con un sol de justicia salimos a probar las motos. Alf se volvía a encontrar con una Bandit grande que le había dejado tan buen sabor de boca como dudas cuando tuvo oportunidad de probarla.. Yo por mi parte tenía mucha curiosidad de catar una Yamaha Fj. El listón estaba muy alto. Alf me ha cantado maravillas de este modelo siempre que hemos hablado. No en vano es el alma del club de usuarios de FJ en nuestro país. Y merecido lo tiene. Solo hay que ver el excelso trabajo en tutoriales elaborado por él en la web www.fj1200.info No exagero si digo que es la biblia de las Fj en castellano.

La reunión anual del club Fj se presumía la cita perfecta para, aparte de probar la moto, poder intercambiar impresiones con algunos de sus propietarios. Los caminos que conducen a una Bandit de las gordas se pueden leer entre líneas si se revisa la prueba a fondo publicada en esta web recientemente, pero… ¿Cómo se llega a una Yamaha Fj en pleno 2020?. Pregunta a sus usuarios y escucha atentamente sus testimonios para obtener la respuesta, a saber:

“- Estaba en un pajar medio tirada con óxido y mala pinta cuando me la llevé por un puñado de euros como el que compra una chatarra barata. La restauración exhaustiva vino después y al empezar a hacer kilómetros con ella me enamoré y ya no quiero otra cosa”

“- De joven recuerdo tener que ahorrar bastante dinero para comprarla nueva hace treinta años. Era el pepino de la época. Por problemas con el concesionario primero tuve una y después con mucho esfuerzo puse dinero para la definitiva. Me la hicieron desear. Estuve retirado de las motos unos años por cosas de la vida y acabé con alguna custom tranquila pero como la cabra tira al monte ahora tengo dos Fj, (las de esta comparativa), y no quiero otra cosa”

………..

Estos son solamente un par de ejemplos, pero es curioso que el “no quiero otra cosa” es una rúbrica bastante usual cuando hablas con un propietario de un FJ. Aunque estoy más que contento con mi suzuki Bandit “Big Bore” la verdad es que no puedo decir lo mismo. Creo que no le haría ascos a una Hayabusa o a una ZZR 1400 de las últimas. O por lo clásico a una YZF 750. Siento que me quedan cosas por descubrir, pero al hablar con un Fjotero, tiene uno la sensación de tener delante a alguien que está de vuelta de muchas cosas. Y eso que hay gente de todas las edades pero lo habitual dentro de esa selecta parroquia es peinar canas. La FJ parece que te da mucho pero también te lo pide. Sobre todo que se esté muy atento a su puesta a punto y mantenimiento. La Bandit en este sentido es simplemente más moderna y se nota sobre todo a la hora de acudir al taller. No reviste grandes secretos en intervenciones mecánicas. En cambio, por lo que he podido observar, no todo el mundo sabe dejar fina una Fj y eso que andan y funcionan hasta con malos reglajes, otra cosa es que lo hagan bien.

El tema puede llegar a ser preocupante. Alf a su llegada a Madrid puso a punto nada menos que 5 FJs antes de emprender la ruta hasta Castellote, el sitio de la reunión. Y una vez en Castellote, revisar rodamientos de dirección y problemas de carburación de al menos otro par o tres de unidades. En este sentido Alf es un druida con las FJ. Las monta y desmonta con gran facilidad. Una de su propiedad calza 300.000 kilómetros y está tan fresca, pero me ha quedado claro que no están exentas de mantenimiento. Hay que estar muy pendiente y lo peor es que muchos talleres no acompañan en este sentido probablemente por desconocimiento. He tenido constancia de testimonios de sus propietarios explicando experiencias en talleres aberrantes. Cosas que se facturan y no se llevan a cabo, chapuzas mal hechas. E incluso en algún servicio oficial de la marca… Queda por tanto plantearse hacer uno mismo el mantenimiento como verdadera opción fiable, pero se deben tener conocimientos, herramienta mínima y un lugar adecuado.

Team Marmota en el lío

Seguramente habrá rutas de curvas en condiciones por la zona de Alcañiz, pero sinceramente, yo no las vi por ninguna parte. No quiero asegurar tajantemente que no las haya, pero solo pudimos encontrar un tramo de apenas 15 kilómetros de curvas lo que se dice enlazadas. Es decir, nada de recta más o menos larga entre curva y curva. Para más inri, el final de ese tramo estaba en obras. Hasta descubrir esa zona en solitario con Alf, el resto de los trazados en grupo se limitaron a carreteras con curvones tan amplios que deberían ser tomados a velocidades de infarto para no tener la sensación de ir parados. No disfruté ni con la Bandit que la tengo más “por la mano”. En alguna recta me faltaba la caseta del peaje… un horror.

Con esto aparte de mi amarga queja lo que quiero venir a decir es que una prueba en carreteras habituales hubiese sido más concluyente. Ojo, como buen amante de la técnica me apaño con cualquier cosa, carretera, moto, etc. Siempre saca uno conclusiones, pero un entorno más controlado se puede hilar más fino a la hora de obtener datos en forma de sensaciones que poder plasmar aquí a la postre, que es de lo que se trata. Creedme, no exagero, suerte que al días siguiente me saqué de la chistera un Teruel – Andorra para sacarme la espina. Muy mal acostumbrados a lo bueno estamos en Cataluña pensé. Al menos en lo que a rutas por el pirineo se refiere.

Bien, basta de lloriquear y me monto en la FJ 3CV.

Yamaha FJ1200 3CV 1988-1990

En parado:

Nada más montar noto mucho dolor en la espalda baja por la postura. Debo decir que estoy operado de hernia discal lumbar. Todo lo que sea estribera alta y retrasada me vale. Osea, postura racing. La FJ tiene, o el asiento demasiado bajo, o las estriberas demasiado adelantadas y también bajas, para mi gusto. A priori pienso que es la estribera la que se encuentra mal colocada, pero en marcha cambio de opinión y creo que con un tapizado más alto y duro de asiento la cosa se solucionaría. Es un problema mío pero ahí lo tengo. En pocos kilómetros siento molestias en la espalda baja. Los semimanillares y el resto están en su sitio.

De hecho para alguien “normal” la ergonomía es encomiable y se presta a hacer muchos kilómetros. Comparado con la Bandit, parece que en la Suzuki estoy sentado encima de una tabla a la que han puesto un manillar y unas estriberas. Y eso que la postura de la Bandit no es radical, pero en la FJ se pilota totalmente integrado en la motocicleta. No se va sentado encima de nada, la Fj es una extensión de tu propio cuerpo. Baja de asiento, cuarto trasero agachado y centro de gravedad bajo. Ideal para una buena maniobrabilidad sobre todo en parado y a baja velocidad.

La cúpula es amplia y tiene pinta de hacer su función, pero ésto y la forma y tornillería de las tijas son lo que te indica que estás subido a una moto con años. El contraste salta a la vista en comparación con los afilados carenados y cúpulas actuales. Estéticamente el resto del tablero, relojes, rejillas laterales, botoneria y piñas están bien resueltas y no desentonan. En unidades bien restauradas y cuidadas se aprecia que para Yamaha era el buque insignia en su época, no cabe duda.!

Embrague y primera.

En marcha:

Mis sospechas anteriores se ven confirmadas y tardan apenas unos minutos en aparecer los dolores de espalda. Maldigo las estriberas e intento arquear el sacro y poner el culo como vulgarmente se dice “en pompa”, buscando una posición algo más adaptada a mi gusto. Un par de frenadas en ambos trenes junto con el tacto del embrague de tanteo y en menos de dos minutos ya me puedo concentrar en la conducción pura y dura.

Alf me previene que esa unidad 3CV vibra mucho y no va fina. Razón no le falta, pero no le doy mucha importancia, ya que lo tengo delante con la Bandit y estoy más pendiente de no perderlo. Hasta que vienen las curvas enlazadas me pongo primero agradeciendo las bondades de protección del carenado y la cúpula.. Escondido detrás de ésta, la aguja del velocímetro marca 140 kilómetros por hora sin apenas sensación de velocidad. En la bandit a ese ritmo se tiene la sensación de ir bastante más deprisa y Alf también me lo confirma. Noto algo raro de detrás hasta que llegamos al tramo de curvas que comanda Alf.

No sé cómo se siente él en la Bandit pero aunque no lo pierdo me cuesta bastante seguirlo ya que tengo cero confianza en el tren trasero. Ya en parado observé que la goma trasera tiene un desgaste irregular y se encuentra escalonada del lado izquierdo. No está ni redonda ni picuda. Tiene una curva en los extremos y una superficie más o menos plana en el centro. Ya digo, confianza cero. Alf me comenta que no le de importancia y que me tire un poco en las curvas pero sinceramente no puedo. Y me da rabia porque la parte delantera funciona a las mil maravillas.

Sí, vibra, pero va donde pongas el punto de mira de los semimanillares en un santiamén. Lo que me pasa es que la parte trasera me da la impresión de que va a deslizar sobre todo en curvas de izquierda en las que o voy recto o más tumbado y evito esto último por miedo a caer. Cada viraje me toca más los cojones la cosa… Perdonad por la expresión pero es que me da rabia de verdad. ¡Con lo bien que va de delante! Y eso así, en poco tiempo, sin tocar suspensiones y ajustes. Solo con poco más que coger el tacto de los mandos.

Entre eso y el dolor de espalda realmente no disfruto del paseo y es muy frustrante porque entiendo que con esa moto se puede ir muy deprisa. Del motor poco que decir. Cilindrada a raudales y buen par. Abro gas y me siento como un piloto del Joe Bar Team sabedor de que va montado en una clásica con mayúsculas. La Bandit en lo que a motor se refiere da el par antes y se nota. Un toque al acelerador y el empuje es instantáneo. En la FJ se necesita subir un poco más de vueltas pero no mucho más. Huelga decir que en ambos modelos sobra par por todos los lados para circular por carretera. En lo tocante a frenos me llama la atención que el trasero de la Fj funciona muy bien y detiene la moto a poco que se pise y es dosificable, me gusta. De largo muchísimo mejor que el de la Bandit. De delante tampoco tengo queja, con las pinzas de cuatro pistones que suelen sustituir a las de serie, y junto con una horquilla que se aguanta y no se hunde en exceso, la Fj conforma un tren delantero exquisito.

Regresamos y no puedo decir que lo hago con buen sabor de boca. Comentando la jugada de la parte trasera me hacen saber las múltiples configuraciones de llantas y neumáticos de más o menos perfil que se barajan para montar en las Fj. ¡Quizá deberías probar la otra!, me dicen. La 3XV que monta atrás una llanta de Exup y un 170 de anchura y perfil bajo.

¡De acuerdo, dadme las llaves!, asiento. ¡Vamos a probar!

FJ 1200 3XW 1.991-1.998

Esta vez me doy el paseo solo y lo hago en caliente, es decir, apenas unos instantes después de haberme bajado de la 3CV.

Otra vez a tantear los mandos y al lío. En esta curiosamente la moto responde al final del recorrido del embrague. En la anterior todo lo contrario. El resto, frenos, etc, están a la par.

Me fijo en la goma trasera que tiene más anchura y perfil más bajo que en la 3CV. Pero sobre todo tiene mejor cara y una redondez más uniforme. A la segunda curva me percato que esta no es la misma FJ que he probado antes. Y sospecho que no solo es tema del tamaño de la rueda trasera. De delante me llama la atención que no es tan eléctrica como la anterior, sino más burguesa y estable, sobre todo en curvones amplios. Es como la versión turística de la 3CV, pienso.

Me da la impresión de que la rueda delantera se encuentra más lejos y me confirman a mi regreso que hay diferencias en el lanzamiento de la horquilla entre ambos modelos de FJ. La postura pese a que el depósito es el mismo, cambia. Es sutil pero se nota. Sobre todo en apoyos de la rodilla del lado contrario a la dirección de la curva que se pretende tomar. Mirad la foto que una imagen vale más que mil palabras.

Aprovecho este aspecto casi en cada curva para acompañar la trazada con el cuerpo con ese apoyo de pierna en el depósito de gasolina. Es algo postural ya que por mucho que insistas con la pierna en el tanque de gasolina, la moto, si no haces contramanillar, evidentemente no se mueve. Pero me resulta muy agradable y me sigue dando esa sensación tan bonita de ir integrado y formar con la Jj un único cuerpo. ¡Me encanta esa sensación! Conste que me sigue molestando la espalda pero me, retracto de tocar estriberas y solo con un poco más de altura de asiento seguramente lo solucionaría.

Esta 3XW es muy fluida, muy turística. Sigue entrando bien en las curvas. De atrás me da muchísima más confianza, pero no es ni de lejos tan rápida en los cambios de dirección como la 3CV. Y sobre todo no invita a ir tan a cuchillo. Es curioso como pueden ser tan distintas dos Yamaha FJ 1200. Jekyll y Hyde sin duda, aunque aquí no podemos decir “el extraño caso”. Todo tiene sentido si analizamos geometrías, diferencias en ruedas y reglajes.

Conclusiones, ¿me compraría una FJ?

Si tuviese manos, herramienta, tiempo y sitio para hacer el mantenimiento como es debido no me compraría una. Me compraría las dos. En realidad en caso de elegir obligatoriamente una, me decantaría por la 3XW por ser una versión más amigable, para mi gusto. Me queda la espina clavada de poder probar una 3CV en perfecto estado de revista, en carreteras habituales y durante tres o cuatro días.

Aunque ya he dicho que probaría otras cosas, Hayabusa por ejemplo, la verdad es que tengo Bandit para rato. Para el uso que hago de la moto de carretera es un modelo que pese a su gran peso y alguna carencia, colma mis expectativas con creces y con el que puedo ir, si lo deseo, más que rápido gracias a su parte de ciclo revisada. Aunque en este sentido para desfogar, prefiero hacerlo con un prototipo de dos tiempos de carreras que tenemos para karting del que posiblemente daremos cuenta en estas páginas más adelante.

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