Seguridad en moto

SEGURIDAD EN MOTO

Si algo tenemos por aquí es independencia de criterio. Y, por lo tanto, máximo respeto con lo que a cada uno le guste o quiera hacer consigo mismo o con su vida y sus motos. Lo más que hacemos es aconsejar, que puede tener valor o no, es nuestra opinión, pero al menos lo hacemos honradamente y con el ánimo de ayudar.

No voy a entrar en cosas como los límites de velocidad y si, comprándonos algo de más de 10-15 cv, lo hacemos con mentalidad de respetarlos. Ni en su ridiculez (o no) ni en el ánimo saqueador (o no) de la Administración y sus esbirros. La realidad es que a 40 km/h te puedes hacer mucho daño. Y si no, haz la prueba; coge carrerilla y pégate de cabeza contra la pared… mejor no, ¿verdad?. Pues no vas ni a 20 km/h.

No voy a entrar en si se debe adelantar o no en un país donde sistemáticamente ponen línea contínua en cada carretera que reasfaltan porque dan por supuesto que todos sus ciudadanos somos idiotas que no sabemos conducir y nos matamos, y mejor como ovejas, que total nos falta poco para serlo del todo.

Ni tampoco por qué en la UE se quejan oficialmente del ingente volumen de señales de nuestras carreteras que lleva a confusión, ni a mirar quiénes son los dueños de esas empresas que instalan señales y que viven del BOE y son dueños de palcos donde acuden los oligarcas del Régimen.

Así que aquí no vamos a dar sermones. Básicamente y en base a la (a veces dolorosa) experiencia propia, aquí va este breve artículo sobre cómo intentar permanecer de una pieza si te gusta montar en moto.

LAS AUTORIDADES

He estado a punto de ni mencionar este tema porque me caliento y puedo escribir barbaridades. ¿De verdad les importa nuestra seguridad?, ¿y por qué no denuncian y sancionan los obstáculos en la vía, los guardarraíles que (ilegalmente) se siguen instalando, a los responsables de accidentes por negligencia, responsables políticos éstos que un día sí y otro también ignoran los avisos de señalizaciones incorrectas, boquetes, estado del asfalto, y un largo etcétera, una y otra vez remitidos por los propios Agentes en el devenir de su trabajo?

Tema aparte las ITVs: ¿revisar un vehículo es si lleva grabada una homologación?, ¿aunque luego sea una basura, destrozada por algún “ingeniero” que le pone filtros directos chinos, le quita el guardabarros y le mete ruedas de tacos?, ¿con injertos de suspensiones no graduadas para el peso del vehículo, compradas en la chatarra y que muchas veces ni funcionan debidamente?.

Lo dejo.

LAS ESTADÍSTICAS

Atendiendo a la culpabilidad de los siniestros, sólo el 31% de las motos y similares que se ven envueltas en un accidente son responsables del mismo. En el resto son inocentes, un 69 %.

Un porcentaje de culpabilidad que, sin embargo, se eleva hasta el 58% en los casos de accidente con resultado de fallecimiento del motorista. (Centro de Estudios Ponle Freno-AXA de Seguridad Vial).

Más del 45% de los motoristas que fallecen en accidente de tráfico lo hacen a causa de adelantamientos indebidos o invasiones del carril contrario

También cabe destacar la mayor culpabilidad de los motoristas fallecidos en los accidentes que tuvieron lugar en vías interurbanas.

Los datos parecen algo impepinable e indiscutible. Pero es todo lo contrario, hay que tener muchísimo cuidado con ellos. Al releerlo, la primera pregunta que me viene a la cabeza es: ¿culpabilidad?, ¿cuál es su definición para la gente que realiza las estadísticas?, ¿el ir a 90 en un momento dado en una carretera de 80 y meterte en un cráter de un metro?, ¿ya eres culpable?…

Pero todo lo anterior forma parte del medio ambiente en el que nos movemos y es lo que hay: son riesgos añadidos que ahí están y van a seguir estando, así que no voy a entrar en el error muy común de echar la culpa a todos los demás pero no a uno mismo. Vamos a empezar a aplicar nuestras precauciones para seguir sobreviviendo

PUESTA A PUNTO DE LA MOTO

Una y otra vez, en cada prueba, desde las páginas de este blog he venido insistiendo en la necesidad de tener la moto perfecta, de revisarla, de ir más allá y mejorar suspensiones y frenos, de no escatimar en latiguillos, pastillas o neumáticos.

Si quieres ahorrar, compra una hucha de cerdito.

He hablado también algunas veces de la potencia. Y reiteradamente pienso que cada día importa menos. Hasta las nuevas sport turismo ya empiezan a no pasar de 140 CV, ¿un paso atrás?. Da igual. Aparte de fardar o chulear en una terraza, pocos moteros usamos más de 100 en carretera abierta para unos 200 kilos de peso.

Me encuentro siempre con los comentarios de los que ya he hablado otras veces de “yo voy tranquilo” o de “no hago carreras”. Está claro que, por mucho que hagas, y por poner un ejemplo extremo, una Virago no va a ir como una R1 jamás. Pero llevar buenas ruedas, suspensiones mejoradas y revisadas, buenos neumáticos y frenos apropiados con buenas pastillas nos puede salvar en un cambio brusco de trayectoria derivado de que otro vehículo invada nuestro carril, o puede evitar que los frenos bloqueen por hacer tope la suspensión y nos vayamos al suelo ante ese coche que se ha saltado el STOP…

NO HAY EXCUSAS NI ECONOMÍAS.” Lo barato sale caro”, decía mi abuelita…

Cariñosamente veo que se llama a nuestras clásicas “abuelas”, “yayas”, “trastos”, “oldies”… No nos engañemos: son “bichos” muy muy serios con los que nos podemos hacer mucho mucho daño. Aquí se acentúa más aún el tema de puesta a punto, actualización y revisión: no es de recibo que en un vehículo de 30 años con 130 CV y más de 240 km/h de punta no se haya engrasado nunca el sistema de bieletas, o que los latiguillos de freno originales sigan ahí.

Y repito con otras palabras el argumento anterior: por muy tranquilo que vayas, a 100 km/h se te revienta un latiguillo al frenar, o te hace tope la suspensión porque no trabaja bien en un bache fuerte y te haces mucha pupa. Mucha.

El otro día iba rodando con una de mis Fjs por una carretera con una señal de ésas “ La línea contínua sólo indica el centro del trazado”. O sea, estrecha y sin arcenes. Limitada a 70 km/h.

Normalmente ruedo solo, me gusta estar todo el rato encima de la moto sin parar, ir a mi ritmo, entrenar cosas como postura, frenadas, etc. Para mi es como una especie de yoga: la mente la dejo en blanco, pienso en mis cosas y me relajo. Y, al mismo tiempo, de tanto practicar, hago que los movimientos de llevar una moto sean como cuando haces un arte marcial: no los piensas, son automáticos.

Evito picarme hasta conmigo mismo (cronometrarme, p.ej.). Me hago mayor será, jajajaj

De hecho, el llevar mis trastos en carreteras cerradas hace que las lleves con respeto y no como llevarías algo más ligero. Hasta había una aplicación de Yamaha que desinstalé del móvil porque me di cuenta que hacía una ruta y estaba mirando si había superado la velocidad máxima, la media o el ángulo de inclinación, que al final, con lo que iba a tocar en el asfalto era con los dientes, y paso.

Todo ésto lo expongo antes de contar que en esa carretera iba de 160 para arriba todo el rato. Con absoluta seguridad y calma. Nada de sentirte en peligro ni nada por el estilo. ¡A cortar toca!. Porque puede salir alguien, un perro entre los árboles, un despistado sin mirar… ¡Es que no te enteras!.

 

Así que de “abuela” nada. Un peligro el aparato porque va tan bien que vas muy muy rápido sin pensarlo.

(Todo lo anterior es un ejemplo ficticio o realizado en otro país, claro, como si escribo que cazo a Moby Dick. Libertades literarias que sirvan de ejemplo, que luego lo mismo los inquisidores de lo políticamente correcto se molestan. Aunque si eres de éstos, pasa de leernos, por favor)

EQUIPAMIENTO

El 12 de junio de este año, 2.020, iba a entrenar. Temprano por la mañana, sobres las 9, con 22ºC de temperatura más o menos, lo habitual en este paraíso que se llama Canarias, iba, como tantos días, a nadar en el mar.

Tengo la playa cerca, pero me voy a otra que está un poco más alejada pero está correctamente boyada, sin embarcaciones, y el mar es tranquilo. Unos 15 km. Nada, un paseo. Veo a mucha gente en moto a diario, que además hace calor, en camiseta, vaqueros y zapatillas deportivas. Muchas veces además con la excusa de ir a nadar, vuelvo por la montaña. 40 km. en vez de 15.

Además del casco, claro, voy siempre con cazadora de cordura, guantes, botas y vaquero de kevlar. No llevo el mono porque es demasiado incómodo para quitárselo y ponérselo yendo solo a nadar, y porque no sé dónde meterlo mientras, que si no lo llevaría. Me siento cómodo y seguro enfundado en el mono de cuero. Para mi es ya lo natural al coger la moto, y sin él no voy tan bien.

Un antropoide en furgoneta me embistió. Volamos la moto y yo (iríamos a 40-50) y cuando caímos, la moto cayó sobre mi pierna derecha y arrastré con ella encima 30 metros. El pantalón de Kevlar y las botas aguantaron su peso y gracias a ellos no tengo la pierna destrozada. O aún la tengo, vamos.

La cordura, y tenéis vídeos en youtube, no aguanta nada. Lo testé otra vez en un arrastrón en Portugal por un manchurrón de tierra en la calzada. El vaquero de kevlar, el mío RevIt de gama alta, IMPRESIONANTE lo que aguanta. Altamente recomendado. Se puede ir en vaqueros en moto. Además, los hay que se sacan las protecciones rápido para estar a donde vayas más cómodo con ellos.

Los cascos abiertos que te quedas sin cara si te caes, los chalecos reflectantes ridículos que flanean, los “disfraces” de “motero rebelde” que se destrozan junto a tu piel a la más mínima caída (no sé si te clavas los pin del chaleco, que alguien me lo cuente), los pañuelos en la cara, las chancletas, zapatillas de deporte, botas de skin (mejor éstas que nada) o pantalones largos o cortos de vestir, no son prendas para ir en moto. Serán para ir al carnaval, hacer el oso o hacerte el responsable cumplidor (e idiota) de las normas (que además ninguna obliga al estúpido chaleco reflectante que le falta la palabra MERMAO grabada detrás), pero nada más.

No hay excusas, otra vez: una buena cazadora negra de piel viste más que un chaleco roñoso vaquero, una buena cazadora en colores claros o llamativos es mucho mejor que un plástico cutre fosforito, un buen casco que cumpla la norma SHARP es cómodo, portege y te meas en la cutrez de las normas CE que no valen para nada. Hay cazadoras frescas de piel, cálidas, con forros que se quitan y se ponen, impermeables o no… la variedad para ir protegido nunca ha sido mejor, con estilo personal o como te salga del forro. Pero con la ventaja de que si te pasa algo, puedes seguir vivo y entero para volver a coger la moto.

Vivimos en una época dorada de equipamiento. Lo hay bueno y para cada uso y preferencia personales. Un casco RACE es absurdo para la calle porque está pensado para ser hiperventilado, ligero y fresco, porque en circuito que estás sudando como una cabra, necesitas aire donde sea y como sea. Para sport turismo, ¿que te gusta un integral? Pues uno sport turismo. El huracán dentro de un RACE para un viaje es horrible y su ligereza y ventilación lo hacen muy ruidoso. En un circuito da igual. En la calle, no.

Eso sí, no te metas en una R moderna con un casco sport turismo porque no ves: necesitas visión por arriba, vas con el cuello a 270 ° doblado, porque un casco sport turismo no te ofrece el campo visual necesario adaptado a la exigente postura de una deportiva.

Para terminar, un dato que dice mucho de la cultura sobre seguridad que tenemos en este país, que se basa básicamente en la represión y saqueo a los ciudadanos.

Mi moto estaba siniestro pero quería reparala. Con el brutal golpazo sospechaba que el chasis podría estar tocado. En Reino Unido es casi norma obligada en cuanto tienes un golpe que doble llanta y horquilla el comprobar chasis: por ello, los profesionales que lo realizan son competentes y relativamente abundantes.

Tuve que desmontar la moto entera, llevarme el chasis a Madrid y que me lo comprobaran los competentes profesionales de MOTOBANCADA. Después de haber doblado llanta, tijas, discos y barras, resulta que de pipa estaba bien, que me temía estuviera torcida, pero longitudinalmente sí estaba tocado. Como es de acero dulce, se trabaja bien y me lo dejaron perfecto. Luego vino el traerlo a casa y volver a montar la moto entera, pero ésa es otra historia. 3 meses justamente después, el 13 de septiembre, mi FJ volvió a rodar en todo su esplendor. Conmigo encima, lo más importante.

Cuidáos allí afuera, que los coches son un peligro.

6 comentarios on “Seguridad en moto”

  1. Sergio Responder

    Pues suerte que tu estás sano y salvo para poder contarlo y seguir adelante con el Teammarmota!! Nos alegramos mucho de saber de ti de nuevo, a cuidarse y a seguir disfrutando de esas fabulosas máquinas! ✌

  2. Anónimo Responder

    Bueno, me alegro que haya quedado todo en un susto. Las motos molan…pero la salud mucho más. Asì que a cuidarse!Y si puede ser a seguir escribiendo artìculos interesantes sobre las motos que nos gustan!Gracias!

  3. M.A. Responder

    Hola, muy buen artículo sobre seguridad, me ha gustado mucho, como todos los demás. Seguir así.
    Me siento identificado porque para mí la seguridad ha ido de la mano con el disfrute desde el invierno del 95, cuando estrené una pequeña bandit. Y aún nos dura la amistad…
    Me alegro que se haya solucionado y no haya ido a mayores la caída; por tu preciosa FJ y sobre todo por ti.
    Gracias por vuestra labor.

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