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Andorra mon amour parte 2 by Alf

Como estamos encerrados, se nos ha ocurrido escribir alguna de nuestras anécdotas en ese mini país tan bonito y que antaño era la meca del motero (y que a mi juicio lo sigue siendo, pero por otros motivos). Y ahora me toca a mi.

Espero que las disfrutéis y que se os dibuje una sonrisa. Desde luego, revisando fotos para incluir en mi artículo, he recordado grandes momentos viajando en moto y estoy deseando repetirlo.

Para todos los que hemos llevado motos en los 80 y 90 hay un lugar mítico de destino de nuestros viajes que todos hemos pasado por él: El Principado de Andorra. He estado infinidad de veces allí. Reconozco que me encanta. Soy de Madrid y en su día nos hacíamos un Madrid-Andorra para cambiar ruedas, saliendo el sábado por la mañana temprano, llegando por la tarde noche, aguantando el atasco de entrada desde la Seu de Urgell, para volver a todo trapo el domingo a Madrid a medias de cárcel.

Y otra vez casi sin ruedas, jejeje.

Desde que me vine a vivir a Tenerife he estado (contadas) 8 veces, que no está nada mal teniendo en cuenta que para solo llegar a la Península con la moto necesito 2 días y otros 2 o 3 para volver a casa. Andorra pilla de paso de ruta para Europa. Bueno, de paso como cuando salgo de Madrid para coger el ferry en Cádiz o Huelva y me hago la ruta pasando por Ávila: relativo, claro.

Así que tengo muchos recuerdos de ese lugar tan bonito, entre montañas impresionantes y con vistas espectaculares. Será por los recuerdos por lo que me gusta tanto, porque a mi me va el calorcito, el sol y la playa, fui lagarto o cactus en mi vida anterior, fijo.

Julio año 91

Tiempos de velocidad y riesgo

Mi primera vez en Andorra, mi despertar como motero. Planificamos un viaje a Barcelona a la casa de Kiko ZXR 750 con mi chica en ese momento, Elena CBR 600, John GSXR 750 y Nacho FZ 750. Yo llevaba 4 años con mi FJ 1100 comprada en Reino Unido, con unos 120.000 km a cuestas.

Sí, nos hicimos la Rabasada y fuimos por la costa hasta Salou, en una carretera que hoy día me han contado que está como la Cruz Verde en Madrid: lleno de coches, policía, prohibido adelantar… paraíso motero de mi juventud transformado en un infierno. Pero éso es otra historia.

Salimos a Andorra un día por la mañana desde Barcelona sin grandes aspavientos: ruta normal hasta la Seu. Y atascazo para entrar, mogollón de coches: terrible. Como siempre en aquella época.

Nos habían dicho que las tiendas de motos eran muy baratas. Lo que no esperaba encontrarme es una calle (Avenida de Santa Coloma, sobre todo en su tramo final) repleta de comercios del ramo, mostrando en sus escaparates cosas que hasta entonces solo veía en las revistas americanas. Dentro del terrible atasco de esta avenida, porque era demencial, veías a los moteros en las aceras con el casco en la mano y los ojos saliéndoseles de las órbitas yendo de una tienda a otra en una especie de frenesí demente. No creo que nadie que haya llegado al Paraíso de Allah y haya visto las huríes se emocione tanto al verlas como la gente que veías revoloteando literalmente de tienda en tienda y de escaparate en escaparate.

Esta vez saliendo del túnel desde Francia porque nevaba en la cumbre

Montabas escapes en medio de la calle, ahí, en la acera, al borde del atasco, tenías una enorme variedad de monos de cuero que probarte y elegir, había literalmente DE TODO, que acostumbrados a la escasez española, es que estabas como el burro muerto de hambre entre el saco de cebada o de centeno en el momento de elegir algo.

Compramos un par de monos, guantes y un escape. Y como en aquella era no había maps ni GPS ni nada por el estilo, se nos ocurre la brillante idea de salir por el norte de Andorra, pasar a Francia y en algún momento girar al sur y entrar en España otra vez. Para evitar que nos cazaran más que nada con lo comprado, porque había mucho de “…te para la Guardia Civil y te hacen pagar o te requisan…”

Así que, ¿para qué mirar un mapa y calcular la ruta que íbamos a hacer?. “Palante” y en un rato estamos en Barcelona. Señales de FRANCIA y arreando.

Empieza a llover. Y según vamos subiendo unas montañas que, medio lloviendo y haciéndose de noche, parecía que subíamos el Himalaya, empieza a caer aguanieve. ¡Estupendo!. ¿Monos de agua?, ¿para qué íbamos a llevar si era verano?. ¡Si Andorra está cerquita de Barcelona!. (Aquí se oye un coro de rebuznos de fondo).

Así que subiendo la cima, de noche ya, no se veía ni torta, barrancos negros a los lados… ¡y vacas en la carretera!. En medio. ¡Te miraban con una mala ostia…!. ¡Pero si ahí no hay hierba ni nada, chicas!. Acojonaban pero un rato. Y resulta que la carretera debía ser su WC nocturno, porque ¡por todos los dioses!: la carretera estaba minada.

Así que helados, de noche y mojados, llegamos a la frontera con Francia. Un lugar frío, negro y atascado que años después supe que era Pas de la Cas y es un sitio precioso. Lo que hace el subconsciente en un momento dado. En ese momento era como la entrada al infierno de Dante, solo que con frío. Se hubieran agradecido las calderas de Satanás.

Empezamos a bajar la montaña y lo recuerdo como en medio de un sueño – pesadilla, con cuidado por si había vacas, por sus plastas que resbalan de la leche, todo negro, frío, agua… y así un par de horas rodando en la moto, en lo que me parecieron días enteros. ¡No llegábamos nunca!. Creía que había entrado en una carretera entre bosques sin fin donde estaría condenado a rodar y rodar hasta acabarse la gasolina, nos bajaríamos y nos comerían los hombres lobos que seguro nos vigilaban desde el bosque, o nos patearían las vacas esas enormes con caras de mala ostia.

Deja de llover, la cosa se va poniendo más llana, como 5 horas ya en la moto, nadie teníamos ni flores de dónde estábamos, en los pueblos ni Cristo por las calles. Llegamos a un pueblo francés y encontramos ¡oh, milagro!, un bar abierto.

Completamente ateridos entramos:

– “¿Alguien habla francés?”…”.. sí, yo algo…”- dice Elena CBR

Se acerca la camarera y masculla

-“.¿..Espagna croissant volevus habere estamus creperie ferme la port llegare Espagna?…” (¡y una mierda hablaba francés!).

– “España está ahí a dos manzanas” – contesta la camarera en perfecto español.

¡Uy, que guay!. Tomamos un café caliente y arreando para Barcelona, a la que llegamos a las 7 de la mañana. No, aún no sé por dónde diablos fuimos, porque ni aposta se tarda tanto (¡12 horas!) saliendo por Pas de la Casa a Barcelona. Pero vamos, un Madrid Berlín fijo que es más corto.

INTERREGNO

Desde esa Andorra de 1.991 han pasado muchos años. He visto cómo primero el país entero estaba en obras y cómo han ido poco a poco surgiendo túneles, pasos elevados y circunvalación exterior que han liberado del suplicio del tráfico enormemente.

Hay que tener en cuenta que el país solo tiene unos 20.000 ciudadanos. Que tengas la residencia allí no significa que seas ciudadano. Se consigue creo que con 20 años continuados. Así que esas personas han construido un país con unos mínimos impuestos, porque solo desde hace pocos años, creo que desde 2007, tienen un gobierno democrático y un impuesto sobre las ventas.

A la vez, y con el auge de internet, he visto ir desapareciendo tiendas, arrastradas por el consumo on-line desde el sofá de casa, en vez de marcarse la aventura de ir a Andorra a comprar equipamiento, filosofía que prefiero mil veces. De hecho, por mi parte, siempre compro algo.

Hay gente que prefiere ver chicas monísimas en el PC o en el móvil, más fácil y sin esfuerzo. Por mi parte, me gusta la conversación, notar su olor, ver sus gestos y compartir el roce personal, me gusta el juego del coqueteo y la elección y la sorpresa que ello siempre conlleva, el descubrimiento.

¡Pleno agosto en Andorra y muerto de frío!

Pues igual para la moto: viaja uno tropecientos kilómetros de curvas, una aventura en sí misma. Se llega a ese valle precioso que es Andorra y te pruebas unos guantes, una chaqueta, ese pantalón, aprovechas y te pruebas botas nuevas o ves en vivo la bolsa de depósito que tanto te gustaba pero dudabas. Las cosas hay que tocarlas y probarlas en vivo, no verlas en una pantallita. Estoy anticuado, vale. Pero me da igual.

Dejo en el tintero aquel día de un Cádiz – Lérida por secundarias, con 700 km. seguidos de lluvia que me mojaron hasta los billetes dentro de la cartera, y que no pudimos culminar porque nos decían que había desprendimientos en la carretera de llegada.

No cuento, porque me embraga la tristeza, un viaje con una persona que siempre tuvo miedo a ir en moto y, que, al conocer su enfermedad, perdió el miedo y se marcó un viaje detrás en mi FJ nada más comprarla en 2.003, de 8.000 km. en mes y medio

No cuento un viaje a Andorra vía Pirineos en 2007 donde saliendo de Sangüesa vía Biescas, Aínsa, Boltaña, Sort me planté con mi amigo JC en la Seu, 500 km. por las carreteras más ratoneras de la tierra, estando el pobre JC zombi ya, siendo casi de noche. Paramos a llamar a las novietas (había costes de roaming) y le digo, viendo la cara del pobre JC:

-“ánimo que solo faltan 14 kms”
-“pero, ¿14 de 14 o 14 de cuatrocientos?”
-“no, no, 14 de 14”, le confirmo
-“¡Ay!, que alegría me das” – me suelta casi llorando de felicidad

Dejo para otra ocasión las visitas a la zona, los viajes por la Francia de los cátaros y su vertiente pirenaica teniendo de base Andorra, la belleza impresionante de Carcassonne, o la visita a Beziers que sobrecoge el alma conociendo la historia, por la maldad humana: “Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos”, el legado del Papa mostrando la verdadera cara del cristianismo y ordenando el asesinato indiscriminado de 10.000 hombres, mujeres y niños.

¡Pero qué contentos estamos para tener un escape roto! (Más rebuznos)

No cuento cuando llevé al padrino de mi hijo, Mingo, de viaje por la Peni y llegamos a Andorra con un escape roto y atronando al personal, visitamos el Museo de la Moto, imprescindible, y la amabilidad de la responsable con la que estuvimos charlando toda la tarde. Viaje que le metió el gusanillo a Mingo y ya no piensa en otra cosa desde entonces que en repetirlo. Espero que hagamos ese viaje pospuesto al castillo de Vlad en Rumanía y lo cuente por aquí. 

En Andorra aprendí además a distinguir a un motero de verdad: llegabas y veías a los alemanes, franceses, británicos… con motos que se notaba que se usaban, con sus monos gastados de tantos kilómetros y de la acumulación de la pátina de la carretera. En contraste con los nenes que subían a Andorra (por el túnel, claro, no por la montaña) con sus monos nuevecitos y lustrosos y sus motos brillantes. Desde entonces, cuando estreno un mono me da vergüenza y hasta que no coge “pátina” no estoy cómodo.

Por supuesto, no lo lavo jamás. :DDD

AÑO 2.019

Viajecito a los Pirineos desde Ávila, desde nuestra kedada anual de FJs, con Miguel Angel R1 (fakir el hombre, sí), su hermano Javier con su flamante y preciosa FJ 1100 y Rubén, con la motillo del grupo, Honda CBR 650, moto nuevecita y moderna.

Todos eran novatillos de viaje en moto, que no de rodar con ellas  y bien. Es importante ir en moto con gente que lleva tu ritmo y tu estilo de vida en la ruta: el mío es todo el día encima parando a repostar, alguna tapita, 600-800 km al día y desde las 7 de la tarde ir buscando fonda u hotel. Llegar, revisar la moto, engrasar cadena si toca, ducha, cena con amplia sobremesa y a la cama tempranito que mañana toca otra paliza.

La verdad es que se me apuntaron al decir que me iba de viaje a rodar en solitario después de la kedada FJtera, pero no podría haber deseado mejor compañía. (Bueno, sí, Angeline Joline, pero me da que puedo esperar sentado).

Ni una me he librado de mojarme en Andorra

Ya les avisé que una vez hecho un viaje, en lo único que piensas es en hacer el siguiente. Mingo vive envenenado añorante de rodar de viaje de nuevo. Al igual que ellos ya: viven en desazón esperando el siguiente. De hecho la cagué por sus agonías: 2 días antes de la reclusión de ahora por el virus me saqué el billete del ferry a la Península. Dudo que pueda ir este año.

He visto Andorra ir cambiando, como ya lo he contado: ahora está repleta de vías modernas, hay menos tráfico y, lamentablemente, han desaparecido muchas tiendas de motos de aquella avenida de Santa Coloma, con pequeños negocios de gente amable que me contaban que en invierno se trasformaban en tiendas de equipamiento para esquiar, devorados por internet y las multinacionales del sector de venta de accesorios, a las que no voy a nombrar para no hacer propaganda.

Lo que permanece es la preciosidad de sus paisajes, ahora está mejor para descansar porque hay menos gente y viajar en moto sigue siendo maravilloso.

¿Quién dio la nota del viaje?, ¿las FJs con 30 años?, ¿la R1 con 21?: pues no, ¡justo!, la motillo moderna. Por carreteras perdidas y bacheadas todo eran quejas de lo dura que iba, en un momento dado pinchó y se quedó tirada, la cadena se desintegró llegando a Andorra y hubo que buscar por todos los negocios del país hasta que encontramos una en KTM, super amables todos, en especial el servicio oficial Yamaha de allí que, aunque fuera una Honda, le cambiaron la cadena sobre la marcha, porque era un peligro ir así.

Muy mal Honda Andorra: me respondieron que es normal que la cadena le dure 17.000 km. cuando les pregunté si era habitual esa mala calidad actual, después de lanzarme una mirada de odio por contarle que llevaba 80.000 km. con la mía ¡Vaya cagada!.

Por comparar, he cambiado hace un mes ésa misma que llevaba en el viaje con 100.000 km, una DID ZXVM2 525. No estaba demasiado tensada, pero a la vista de los kilómetros, que tenía algún eslabón un poco durillo y que me tocaba engrasar basculante y bieletas (que es desmontar media moto), pues aproveché y la metí nueva, sin tener que remacharla.

Cómo no, nos diluvió. Parece que me toca siempre que paso por Andorra. Mira que comenté que ya estoy desentrenado en agua, porque cuando llueve en Canarias, que es casi nunca, no sacas la moto básicamente porque se te lleva la riada, así dejé bien establecido antes del viaje que si llovía me paraba. Pues nada, nos pilló en la punta de un monte y había que seguir. Menos mal que la motillo pinchó y nos quedamos en Huesca. Esta vez nos hizo un favor jajaj.

Agua y pinchazo, dúo muchas veces inseparable

De destacar la extrema amabilidad de la Gendarmerie francesa: prácticamente Miguel Angel R1 y yo les cruzamos la moto delante en una rotonda para que nos indicaran un sitio donde comprar un kit antipinchazos. Los gendarmes franceses, hablándonos además en correcto español, nos indicaron muy amablemente dónde encontrar gasolinera, taller, supermercado… además de sugerirnos sitios para pasar la noche, porque ya era tarde y teníamos que iniciar el paso de los Pirineos por la montaña, subiendo al tunel de Biescas desde la vertiente francesa. ¡Igualito que los paramilitares de verde!. 

¡Una aventura!. Los olores, porque en moto no solo vas viendo el paisaje, lo vas oliendo, el rodar con gente a buen ritmo 600-800 km todos los días, la comida (cada 2 por 3 con esta gente que son unos tragaldabas, ¡qué tíos!, yo paro menos. ¡Vaya zampabollos!), las anécdotas, las charlas en la cena antes de ir a dormir porque estás cansado y mañana sigues rodando…Y las motos, perfectas, ni un problema…la motillo sí, pero la culpa es de Rubén por tener una moto nuevecita. A ver si nos compramos una con 20 años al menos para no tener problemas. Pues nada, este año tiene lista una Kawasaki ZX 1100 SX, así que llevaremos una buena asistencia en viaje por si acaso. (Jajajajaja).

Andorra es un buen sitio para ir de viaje recorriendo Pirineos. Los británicos dicen que la N240 y la N 260 son las mejores carreteras de Europa para montar en moto. Te puedes acercar a sitios preciosos como Sos del Rey Católico o llegar desde el sur vía Teruel – Ruta de las Cinco Villas. Búscalas en maps.

¡Ya estás tardando!

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Andorra mon amour parte 1 by Alberticu

24 de abril del 2020

Van ya más de 30 días de confinamiento y con un panorama poco esperanzador. Por el momento llevamos unos 20.000 muertos con el récord de sanitarios contagiados y los primeros del mundo en el ránking de muerte por habitante. Es posible que leas esto a toro pasado y te preguntes de qué va el tema pero sinceramente, va a costar olvidar lo que está sucediendo en nuestros país.

Mientras tanto hay parte de la población que, a lo pollo de granja, respiran, comen, cagan y, en algunos casos, follan. Poco más. Se consume toda suerte de canales de streaming como si no hubiese un mañana. Esos que empiezan por net y acaban por flix, y similares. Nos estamos bebiendo el peor batido que generan unos ingredientes tan nocivos como la ineptitud, el borreguismo y la maldad. Mala combinación. Pero a todos los niveles. Desde la comunidad de vecinos hasta el congreso de los diputados, hasta el más pintado se desayuna con ese gazpacho grumoso…

Tu vienes aquí a leer de motos o de algo relacionado con ellas. Tranquilo, no te voy a defraudar, de motos va la cosa. Pero personalmente no puedo ponerme a escribir como si aquí no pasase nada y sobre todo por respeto a los caídos. No entiendo en esta guerra tan cruenta como hay quien, en cualquier lugar ocioso, web, canal, etc, no tiene ni una mínima mención a los que ya no están. Entonan un discurso con frases del tipo: ya tenemos bastantes miserias, hay que desconectar, etc. Da la impresión de que con ellos no va el tema.

Antes de meterme en “faena” te voy a decir un par de cosas. La primera es que siento si has perdido alguien cercano en este conflicto. Ojalá podamos pasar cuentas con quien proceda cuando todo esto pase. La segunda es que sigas las recomendaciones de confinamiento, mantengas la asepsia en tu entorno para no contaminar o contaminarse y que te quedes en casa.

De viaje a Andorra, en un momento, ya te llevo yo.

12 de abril pero del 2019

Ducati 900 SS ie

Fin de semana largo se presume por delante. Subo a casa la batería de la Ducati 900SS Terblanche del 98 que dormirá junto con el cargador del Lidl, de lo contrario mañana no la arranca ni “el Tato”. Que si estos trastos tienen mucha compresión, que si se bebe no se qué tanto por ciento de la batería en el arranque, ¿qué más da? Ya voy llegando a ese estadio en el que ya me abstengo de hacer preguntas y de quejarme. Por tanto por la mañanita batería a full y fuera problemas.

Desde Girona nos jactamos que podemos llegar hasta tierras Andorranas sin apenas hacer un tramo de carretera recta. Y así es. A poco menos de dos o tres kilómetros de la ciudad ya se puede comenzar a enlazar curvas que discurren por las zona de Olot, Ripoll, pasando por la famosa Collada de Toses y que desembocan en un punto en el que atacar Andorra por sus dos vertientes, a saber: O vía Seu d’Urgell o vía Puigerdà Puymorens Pas de la Casa. Esta última mi preferida.

Soy como un niño pequeño pese a mi edad: la noche antes de un viaje, una ruta, unas tandas, me cuesta dormir. Suena el despertador y de buena gana me quedaría en la cama unas cuantas horas más pero vale la pena el esfuerzo de levantarse hoy. Tomo un café en casa por meter algo al cuerpo y no salir “en crudo”. No soy de desayunar, y de hacerlo, soy de bar. Cualquier café que salga de un artilugio casero del tipo que sea, italiana, de filtro, las que anuncia George Clonney, no es digno de tal nombre. Como el café de bar no hay nada igual. Y si la cafetera es de aquellas casi extintas de émbolo, de las que éste se acciona hacia abajo y mientras recupera, sale el preciado brebaje mejor.

La capacidad de carga no es una virtud de la Ducati 900 SS aunque tampoco necesito de mucho aparataje en cuestión. Normalmente hago el viaje tranquilamente por la mañana, duermo una noche en Andorra y regreso igual de tranquilo al día siguiente. Hay quien hace un “sube y baja” en el día, sobre todo para hacer compras pero yo prefiero invertir algo más de dinero en el hotel con el plus de tranquilidad que tiene ir sin el horario apretado. Por tanto una sobredepósito y una bolsa o mochila en el colín serán suficientes.

La Ducati arranca con algo de pereza y lo hace mostrando el cascabeleo del embrague en seco. No soy amigo del estruendo de los escapes que normalmente acompañan a la marca. Venía con unos Sil-Motor de carbono bastante aparentes pero muy ruidosos. Fueron sustituidos ipso-facto por los de serie, mucho más pesados pero mucho más discretos. Ya tengo suficiente con la pandereta del embrague.Debo decir que de todas las motos que he tenido hasta la fecha, pese a no ser la más nueva ni la mejor en muchas parcelas, es la que más me ha gustado. Motivos emocionales obligan. He visto literalmente desempaquetar en el concesionario alguna de mis motos y no niego que esto del “unboxing” tiene su gracia pero esta es diferente. Después de una lesión seria de espalda con operación incluida, tenía serias dudas de poder volver a conducir una moto. Bastante atrotinada, descuidada, con un arrastron en un lateral y de aspecto triste, vino a parar a mis manos.

Dos propietarios anteriores poco cuidadosos y para más inri, uno de ellos tandero con un power commander bajo el colín conectado a la centralita no auguraban nada bueno.

Nada más lejos de la realidad. Todas las Ducati nuevas relucientes y estrenadas me dieron alguna tontería solucionada en garantía, evidentemente. Esta ha funcionado a la perfección sin fallos. Con un buen repaso y lavado de cara, esta 900 SS agradecida como pocas me dió muy buenos momentos en los 10.000 kilómetros que la tuve. Y ni un problema, no tengo nada que reprocharle.

Así voy atravesando la ciudad tocando la pandereta mientras todo el mundo te va mirando al pasar. Muy habitual este detalle, te acabas acostumbrando. La postura es exigente y radical pero así entendían en Ducati el segmento sport turismo, es decir, a su manera. El tacto en frío es de auténtico tractor y eso que es de las primeras de inyección la moza, vamos, de las que se supone que van finas filipinas. Pero no es eso, no. Es que te habla y hay que entenderla. Te dice que tengas paciencia hasta que suba algo la temperatura y que salgas de la ciudad en cuanto puedas.

Gasolinera Ribes

Hay que parar a tomar el primer café en condiciones de la mañana y una vez más elijo sitios con terrazas que ofrecen buenas vistas, es decir desde dónde pueda divisar la moto. Qué le voy a hacer, es una manía mía. Me gustan las líneas de esta 900 SS. Lástima que su diseñador, Pierre Terblanche topase con un hueso tan duro de roer como Claudio Domenicali que nunca confió en sus dibujos. Porque estampas como las 999, Sport Classic, Multistrada, Hypermotard o Supermono siempre serán atemporales. Pero los gustos como los culos, ya se sabe, cada uno tiene uno.

Uno de los sitios del recorrido que menciono donde suelo parar es una gasolinera que hay cerca de la fábrica de Aguas de Ribes en el pueblo Ribes de Freser, justo antes de encarar la famosa Collada de Toses. Y digo famosa porque hasta gente extranjera me ha llegado a hablar de esa ruta de curvas que discurre por el pirineo. Sinceramente no es ni de lejos de los mejores tramos que podemos disfrutar por aquí pero algo tiene el agua cuando la bendicen. Mucho recorrido de recta, curva, recta en los cuales los que sufren en el acelerador de su moto de trastorno bipolar en fase maníaca pueden disfrutar. Luego cuando de verdad llegan las curvas enlazadas se quedan atrás.

Hotel Collada de Toses

Para mi gusto una carretera de montaña con más nombre que otra cosa. Eso sí, un par de virajes muy peligrosos que se cierran en los que tengo “un recto” en mi haber, lo reconozco. Suerte que no venía nadie en sentido contrario… Me quito ese tramo de encima con la filosofía de Kenny Roberts padre. El siempre decía que en lo lento no se ganan carreras, solo en lo rápido. Que lo lento simplemente hay que quitárselo de encima lo más rápido posible. Jejeje, ¡Qué jodío el Marciano! ¡Se quedó calvo detrás de las orejas!, como dicen en mi tierra. Pero razón tiene. Y si lo transplantas a la ruta pues te quitas de encima la parte que menos te gusta, pero con precaución…

El cartel de poblado de Puigcerda dibuja una sonrisa dentro de mi casco. Me acerco a la parte francesa que me llevará por Bourg Madame vía Coll de Porte Puymorens hasta mi destino en El Pas de la Casa. Pero antes hay que poner combustible en una hamburguesería de un polígono industrial de Puigcerdà. No pongas esa cara que la 900 SS ya llenó el tanque en la Repsol de Ribes de Fresser que he descrito un par de párrafos antes. ¡Aver si estamos atentos a la lectura coño!, tanto youtube os ha cegado…, el que tengo que repostar soy yo.

Es broma. El caso es que uno de mis mejores amigos estuvo destinado en Puicerdà una buena temporada y se sabía esos truquillos de sitios donde comer bien por cuatro duros. Es digno de mención. Te comes la carne de la hamburguesa al plato, sin pan ni nada, tal cual. La porción de carne es tan buena que se te deshace en la boca. Poner cualquier salsa es una herejía total. Hace años que no como un pedazo de carne tan buena que no haya que condimentar. Siempre que hago ese recorrido hago una parada allí.

Pas de la Cas, esta vez en la Ducati

Ascendiendo por Coll de Puymorens suben vapores de gasolina del depósito que se te meten dentro del casco, Este puerto también tiene su parte de recta-curva, tipo paella-curva. Pero en las suaves reducciones antes de las paellas disfrutas del sonido de admisión de la 900 SS. Un gorjeo precioso precedido por el toque de pandereta al presionar la maneta de embrague.. Para mi gusto mucho más estimulante que el estruendo de los escapes Termignoni habituales en Ducati. Agarrando los semimanillares con los brazos bien estirados rodeando el depósito en esa postura tan de antaño maricastaño, las motos se llevan con tal dulzura que, sin pinzas radiales, sin telelever, sin paralever, sin abs, sin tcs, sin caballos a cascoporro y sin electrónica por todos los lados, pasamos a pilotar y no a conducir. ¿Te gusta conducir? Dice el slogan. ¿Te gusta pilotar? Te digo yo.

En Andorra

Daytona motos, punto de reunión

Me planto en el Pas de la Casa y se me ha hecho hasta corto. Aquí toca parada obligada delante de la tienda francesa Daytona Motos. Es como un punto de reunión y los aficionados franceses, siempre bien dispuestos a “pegar la hebra”, charlan contigo y te preguntan por tu moto. Por eso suelo venir a Andorra solo y no acompañado. Siempre que lo hago no paro de hablar con la gente. En las gasolineras, en los apeaderos, delante de las tiendas, con el personal del hotel. Luego a la noche ya disfrutaré del silencio y el descanso como es debido. En verdad en ocasiones vengo acompañado pero la experiencia es diferente, igualmente placentera pero diferente. En ocasiones hago pernocta en el mismo pas de la casa y en otras voy bajando a alguna población cercana como Canillo o Ransol, mucho antes de Andorra la Vella.

Comentar que yo básicamente dividido Andorra en dos partes. Una la parte estrictamente comercial por Andorra la Vella y cercanías y otra la montaña. Aunque en la parte alta del Pas de la Casa también se concentran un buen número de comercios y pertenece, según mi división, a zona de montaña.

Dejamos la parte alta para las rutas y el hotel y la zona comercial más baja de Andorra la Vella y Sant Juliá para las compras. Debido a la crisis del 2008 quedan cada vez menos comerciantes de ropa de moto por allí. Muchos pequeños han tenido que cerrar. Hay que recordar que aunque Andorra es un paraíso fiscal y se les presupone que tienen mucho dinero, no quiere decir que éste se quede allí. Más bien se custodia pero los temas económicos se los paso a Alf que los tiene más por la mano. Los grandes, que todos conocemos, a saber: Motocard, AMR, Daytona, Martí, etc, continúan. En tiempos de bonanza económica en la tienda de abajo de Motocard, la de Sant Julià, se montaban auténticas concentraciones y tertulias entre los parroquianos del lugar y foráneos. Recuerdo que es uno de los primeros sitios donde pude ver en directo motos de tipo R con torretas y manillar alto. Una Honda CBR 900 RR, por ejemplo. Tenía constancia del tema por alguna publicación y por internet pero, como digo, allí lo podías ver en directo y comentar la jugada amistosamente con el dueño de la moto siempre receptivo a una buena charla y entablar conversación.

Escaparate para babear

¡Qué tiempos! Hablando con un empleado de dicha tienda recordaba cómo la gente venía y se llevaba los monos de cuero de tres en tres. Ya que estamos con el personal Andorrano de las tiendas decir que tienen fama de ásperos, y en ocasiones lo son. Clima, estar casi sitiados todo el año, jornadas interminables de trabajo, todo suma. Tengo la duda de cómo llevarán esas personas el tema del confinamiento en estos momentos. Igualmente he detectado que es una primera impresión. Si te molestas y te interesas realmente por su estilo de vida entre montañas, muchos de ellos se abren y agradecen una charla. Desde comerciales de las tiendas de motos, los recepcionistas del hotel donde suelo hacer noche hasta camareros u otro tipo de personas que trabajan de cara al público me han explicado muchas de sus experiencias. Pero regresando al tema “tiendeo” si te preguntas si a día de hoy en pleno 2020 vale la pena venir a comprar ropa de moto a Andorra la respuesta es afirmativa. Según un comercial de Hebo conocido es cierto que los márgenes se han estrechado pero aparte del diferente sistema impositivo que, más o menos, elimina el iva, se tiene un margen del 15% con el que juegan.

Otro plus que tiene es la variedad del catálogo. Es algo inherente al tamaño del comercio. Evidentemente un pequeño comerciante no puede, ni por espacio físico ni por stock, de disponer de toda la gama. Los más grandes en Andorra te ofrecen muchos modelos y tallas dónde elegir. Vamos, que en la mayoría de los casos puedes tocar con tus manos el material, cosa no poco importante. Es habitual encontrar buenos precios en prendas y artículos de temporadas anteriores.

Todas mis motos han estado allí… pronto mi nueva Bandit 1250

Creo que vengo visitando Andorra en moto repetidamente desde hace mucho años, en ocasiones varias veces en la misma anualidad. Y consciente soy de que tengo mas pirineo por explorar en nuestros territorio, Vall D’Aran, Huesca, etc. Pero no sé qué tiene Andorra que nunca me canso de ir. Al principio me lo tomaba como algo meramente comercial pero últimamente aprecio la zona de montaña y no faltan unas chirucas o zapatillas ligeras de trekking en el equipaje para explorar un poco las cumbres del lugar. Pic d’Envalira y Pic Negre, en el Pas de la Casa, son zonas de muy alta montaña embriagadoras. No solo hay montaña y tiendas. Dentro de ese ecosistema hay buenas rutas de curvas para pasear en moto como la carretera que va desde Canillo a Ordino por el Coll de Ordino.

De curvas en Coll de Ordino

Esta vez llegué enlatado

Con alguna compra, difícil ir sin llevarte nada, toca regresar al hotel. En ocasiones he encontrado sin mucha dificultad y en temporada baja hoteles por no más de 30,35 euros noche y desayuno del día siguiente. Algunos que tengo en mi lista disponen de piscina y sauna por ese mismo precio aunque la gente se lo sabe y están solicitados. Circular por Andorra tampoco entraña dificultad salvo por los atascos en temporada alta. Lo suyo es ir con buen tiempo. En tiempos pasados si es verdad que las pocas sanciones de tráfico no llegaban. Hacían la vista bastante gorda con las motos y, aunque esté mal decirlo, campábamosmos a nuestras anchas. A día de hoy está repleto de radares de tramo y la cosa bastante controlada. Ojo al dato y respetad la señalización si no queréis tener problemas.

Con buena compañía en la montaña

Da pereza por la mañana regresar. En pleno verano es curioso, lógico por otra parte, sentir la diferencia de temperatura según voy bajando a la zona de Girona. Importante evitar la Collada de Toses en su parte más alta a las horas centrales del día ya que te puedes achicharrar. En uno de mis viajes acompañado, el compañero insistió en pasar por allí a esa hora apresurado por el regreso. Del calor apenas podía respirar dentro del casco…

Vuelvo a hacer las paradas de rigor durante el recorrido de vuelta. Mientras apuro un café y me deleito mirando las soldaduras de los escapes y las sugerentes formas de la Ducati, como el que se embelesa con un cuadro, no pienso en otra cosa que en volver.

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