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Honda VF 1000 R https://teammarmota.es Motos Clásicas Deportivas Japonesas Mon, 16 Aug 2021 10:10:08 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.2 https://teammarmota.es/wp-content/uploads/2015/12/patchFinaljpegjpg-1-150x150.jpg Honda VF 1000 R https://teammarmota.es 32 32 Suzuki GSXR 1100 1.986 vs Honda VF 1000 R 1.984. Parte I https://teammarmota.es/dos-reinas-suzuki-gsxr-1100-1-986-vs-honda-vf-1000-r-1-984-parte-i/ https://teammarmota.es/dos-reinas-suzuki-gsxr-1100-1-986-vs-honda-vf-1000-r-1-984-parte-i/#comments Fri, 13 Aug 2021 14:11:07 +0000 http://teammarmota.es/?p=3126 Leer más

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DOS REINAS: Suzuki GSXR 1100 1.986 vs Honda VF 1000 R 1.984.

(Parte I)

Suzuki GSXR 1100 1.986: la Reina Roja

Nota inicial: ya lista esta prueba para su lanzamiento y anunciada su publicación, en Facebook sobre todo el comentario unánime es que la Suzuki se comía cruda a la Honda, por eso creo conveniente situar las coordenadas de esta comparativa en su justo punto, especialmente para la Honda.

Comparar a estas motos es porque ambas son buscadas, exclusivas, muy valoradas por los coleccionistas y míticas por su calidad y belleza (Honda) o por la revolución que marcó como SuperBike (Suzuki). Éste es el punto de encuentro: el amante de las clásicas deportivas japonesas las compara juntas, pero este parámetro es actual, no de la época. Bueno, sí, la época en que había tan pocas motos en España que se montaban una y otra vez comparativas tontas porque no se podía hacer mucho más.

Situemos cada moto en su época: la VF1000R competía en 1.984 con la Yamaha FJ1100, Kawasaki GPZ 900 R y las ya desfasadas Suzuki Katana y GSX1100ES/EF. Ésta es la comparativa correcta. No contra una GSXR1100 de 1986, una FZR1000 de 1987 o una Tomcat de 1.989

Así que claro, a la pobre Honda le daban sopas con honda (y valga la redundancia) y era gorda, poco deportiva, pesada…

Otra cosa más: en este blog, como decimos en nuestra presentación, damos a las motos un uso del Siglo XXI. Deportivo en carretera, pero sin perder el ojo del uso diario, y en condiciones habituales, como si usáramos una moto actual. No es excusa con  30 años o 3 meses para que vayan como un bote en suspensiones, no frenen o no anden. Así que, como siempre, esto no es un corta/pega ni está lleno de topicazos de pruebas en un circuito que no hemos hecho (¿cuántos meterían estas 2 en un circuito? – aparte de su propietario, que es un caso aparte, jaja) y que además no sirven para nada. El circuito es un medioambiente especial. Para un Kotarr preferiría una CBR 600 del 89, por ejemplo, 1000 veces a estas dos o incluso a una CBR1000RR del siglo XXI

 

LA HISTORIA

Juan, el propietario de estas dos motos, dice que lo más importante de una moto es su historia, que cada moto tiene una, que muchas veces hay que investigarla para conocer totalmente tu moto, de dónde viene, quién la usó, cómo vivió…

Para mi las motos son cosas, sin más, sin personalidad, como una nevera. Funcionan o no. Y también hay neveras bonitas o feas, sí, vale, y las 2 de hoy son preciosas. Nada como 2 faros gemelos en una moto. Los que fabricamos las historias somos las personas, somos las que dejamos nuestra impronta en las cosas, las “historias” de las cosas van de seres humanos y su relación con ellas, creamos un mundo de relatos y vivencias alrededor de los objetos, pero éstos sin personas no tienen historia, nadie les pone nombre, nada les da vida. Están muertas, sin más.

Además, Juan conocerá la historia de sus motos y me la podrá trasmitir, ya forman parte de su vida, pero ahora yo tengo mi propia historia con estas dos motos, mis vivencias a través de mi personalidad, y es la que vais a conocer. Espero que os guste mi propia historia. Os aseguro que la disfruté mucho.

 

ANTECEDENTES

Conocí a Juan por un retrovisor de FJ1200, del modelo 1TX, que vendía en wallapop, que pensé que me vendría bien tenerlo por si acaso, porque no se encuentran los espejos derechos,. Al enviarme fotos dejó de interesarme porque era una ruina. Así se lo dije y me lo regaló, que me viene bien para restaurarlo si es necesario, tal como se expone en mi canal de FJ de YouTube, https://www.youtube.com/channel/UCSNzh35y29z18t_35hZNU4g/videos y a raíz de ésto le introduje en nuestros chats y canales de FJ de Telegram, como se ofrece a cada propietario que se nos pone a tiro, ya que su hermano Cipriano tiene una FJ 1200, modelo 1TX también, como sale en las fotos, que se la había restaurado Juan.

Kedada FJtera Aínsa 2.021

Poco antes de nuestra Kedada anual FJtera en Aínsa este junio de 2.021, empezaron a postear en el grupo la ruta que se iban haciendo para llegar, que ambos aprovecharon y salieron 1 semana antes desde Albacete donde viven, con fotos variadas. Con lo cual me dieron un argumento más para demostrar que las redes sociales son una birria de comunicación, que ni siquiera sustituyen a hablar por teléfono, y mucho menos al contacto interpersonal: ni está la entonación, ni la expresión corporal, ni, muchas veces, las reglas de ortografía, con lo cual despojamos al mensaje del 90% de lo que intenta trasmitir. Y si ese día estamos torcidos, volcamos nuestra actitud en el mensaje y ya tenemos el lío…

¿Por qué esta disquisición acerca de las redes “in-sociales/a-sociales”?, porque la imagen que te formabas de esta pareja por sus comentarios en nuestros grupos defendiendo la originalidad exquisita de sus motos, y posteando rutas de 150 km al día, (en una FJ es casi un insulto hacer tan pocos km) tardando una semana en llegar de Albacete a Aínsa (¿iban en carro?), me vi a dos abueletes decrépitos en sus cascajos repintados, (pero mal de todo lo demás, que para ir a ritmo de babosa coja no hace falta mucho), cuyas almorranas se inflamaban en cuanto les sacabas de su paseíto. Que se pueden tener 70 años y ser un jovenzuelo, la vejez está en el alma, no es por edad, que esta pareja de hermanos no viven en un asilo. Pero no prometían, la verdad.

No, no es broma: motos ya raras como estas dos de la prueba, que ya faltan piezas en caso de arrastrón o problemas, normalmente o no se usan o los dueños no lo hacen como debe usarse una moto. ¡Porque no me jodas que una VF 1000 R o una GSXR 1100 son para darse “paseítos”!.

Quizá por ello en la Kedada no intimé mucho con Cipriano y Juan, a lomos de sus VF1000R y FJ1200, respectivamente. En mi descargo diré que estaba ocupadísimo, que éramos un montón de gente, que me reencontraba a los amigos, que a algunos muy queridos no les veía desde el año pasado… Y preocupadísimo, la verdad, de que saliera todo bien y, sobre todo, que no pasara nada ni a nadie ni ningún problema con ninguna moto, que confieso que me quitó el sueño las vísperas…

Pero son excusas: no hay nada peor que tener un juicio preconcebido de las cosas o las personas. Imagino que es inevitable aun intentando siempre ser objetivo en todo. Hoy día la física cuántica nos enseña que la observación siempre depende del observador, que no hay tales científicos objetivos. Pues si lo dictan las reglas del Universo, ¿cómo voy a estar imune a ellas?.

…Empiezo a perder el hilo…

¡Cuán equivocado estaba!

Debería haber empezado a sospechar algo cuando me invitaron a ir a su casa a probar sus motos. ¡Hasta una Bimota DB1 Corsa rarísima que están matriculando! (sí, versión de carreras, con motor diseñado por un mecánico de Alain Prost de F1…). “Bueno, estos carcamales dan paseítos con varias motos”, pensaba… “pero aprovecho y tengo artículos para el blog, me doy una vuelta en moto y, de Albacete, me voy a Santiago de Compostela vía Guadalupe, Alentejo, Serra de la Estrela….” (recordad, voy en FJ, jaja).

Además, por ser las motos que eran iba a ser una vuelta tranquilita. Las revistas de motos clásicas hacen las fotos a 5 km/hora y no meten las joyas de los dueños que se las prestan casi de museo a rodar “a saco-paco”. Pero, aunque fuese poco más que una toma de contacto, me ayudaban a actualizar mis impresiones de hace 25 años y poner la cruda realidad de estas motos al día en el siglo XXI.

Otra vez, rebuzno: ¡cuán equivocado estaba!

 

SUZUKI GSXR 1100 1.986

Listos para rodar

Desde Madrid a Albacete el viaje es tan mortal y tan recto que, en vez de estar atravesando pueblos con sus guardias muertos, decidí hacer tripas corazón e ir por la autovía para quitármelo de encima cuanto antes. Lo bueno del asunto es que justo había una pausa en el calor habitual de verano manchego y se iba bastante bien, así que a media tarde estaba por allí.

Cuando te ceden una moto no vas a empezar a plantear a su propietario que seguramente como piensas que él va como un caracol cojo quieres revisar suspensiones y presiones de ruedas (recordad la imagen que me había trazado en mi mente), así que diplomáticamente planteé a Juan que podría revisar las suspensiones de la FJ de su hermano a ver cómo iban. Una excusa para luego pasar a revisar las motos que iba a llevar, (¡jeje, qué listo que soy!… ¡Pues no!)

Parte del garaje

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Mis equivocadas ideas deberían haberse tambaleado de nuevo cuando a mis objeciones de que la Bimota era única e irreemplazable si pasaba algo, cosa que la VF o la GXSR se soluciona más o menos tarde con dinero, Juan me respondió “como si se hace virutas”. Aquí se usaban las motos como se debe hacer y yo no lo veía.

Abundando en el tema de las motos repintadas (que no restauradas) vino Cipriano con su FJ, y mis sospechas se tornaron en horror al ver los ajustes de la suspensión delantera hechos un bloque de óxido. La moto había sido extraída de un pino, que había crecido de tal forma que hubo que cortar sus ramas para sacarla. Y, aparte de restaurar motor para que anduviese, no se habían tocado suspensiones.

Y me iba a montar en una rara GSXR1100 y en una aún más rara VF1000R que vete a saber cómo tenían estos elementos. ¡Buf!, ¡menos mal que iba con los abuelos!

Firma del gran Spencer

Y seguía sin ver lo que me mostraban: una XJ600 1.984 preparada para circuito… a cambio, mis ideas se reforzaban con una GoldWing GL1000 y una Tomcat impecable, que además pensé que menos mal que no iba a llevarla, porque si las suspensiones como me temía (equivocadamente) iban mal, el bicho iba a ser terrorífico de llevar.

Pero peor aún: encima la GSXR 1100 está firmada en el depósito por Freddie Spencer en Cheste en 2.015. Sólo faltaría rayarla o abollarla, ¡la madre de Diós!, ¡más responsabilidad!.

 

EN MARCHA

Me pasa Juan las llaves de la Suzuki, me comenta que da tirones desde que le puso el KN, que antes iba bien (“¡pues vaya zarrío!”-pienso) y que le tiene que hacer bien la carburación y el reglaje de válvulas. Así que, de repente, me encuentro con una moto que va mal, que vete a saber si va incluso derecha o se pone a saltar como una cabra loca, y que encima romperla es una pasta… aunque llegado a este punto, lo que me preocupaba es cumplir la papeleta y no romperme yo, la verdad.

Cuando coges una moto que no es tuya vas un rato tranquilo, testeando frenos pòr separado primero y conjuntamente después, poco a poco cogiendo el tacto del gas, avivando el ritmo despacio, haciendo eses en recta para ver cómo responde llegado a una curva… haciéndote un buen rato al vehículo, vamos, y más en el caso de una moto de este estilo, nada abundante, y con incluso su escape original, que valen un dineral.

Pues otra vez, ¡qué equivocado estaba!

Coge Juan mi FJ, arranca en ella, cojo las llaves de la Suzuki… está un poco baja la batería, le cuesta, pero arranca . Se pone Cipriano detrás con su FJ…. ¡y sale Juan disparado!. Pero como el correcaminos: ¡BEEP!, ¡BEEP! ZASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS. ¡Pero si no sé ni si frena la GSXR!… ¡buah!, ¡GASSSSSSSSS!… y salgo disparado detrás. Literalmente como el coyote encima del cohete marca ACME, sin saber ni si éso frena ni si entra en una curva… Durante una centésima de segundo pienso que Cipriano se coloca detrás por si hace falta llamar a la grúa y a la ambulancia…

(Aprovecho y comento que por los espejos se ve bien, ahí detrás estaba Cipriano vigilando con ojos de halcón, que no me lo despegaba. Bueno, ni pretendía, que no daba de mi a esa marcha en una moto desconocida)

Eso sí, a pesar de todo intentaba no pasar de medio régimen, incluso no intentando seguir a Juan, andando como un poseso en mi FJ, y que se arriesgase a pensar que era un paquete en moto. Estos motores SACS llevan mucho aceite que tarda mucho en calentar y hay que esperar al menos 15 minutos antes de ir a tope. Incluso así, el ritmo en esta moto a estas revoluciones es ir muy fuerte. Y me importa más la mecánica, más si es del prójimo, que mi imagen personal, la verdad.

“¡Cómo empuja el bicho!… bueno, a ver si tiene frenos….” y me dedico a ver el recorrido de la maneta con un dedito mientras que con el resto de la mano enrosco a tope el puño del acelerador. Pero a tope, no exagero…”buf, qué mal”… llegamos a una curva amplia a izquierdas a nosecuantos a fondo (ni mirar el velocímetro podía y ni lo intenté) y recuerdo las palabras de Juan “la moto parece que no entra en curva, pero simplemente tírala y verás qué bien”, intento frenar un poco, pero nada de nada, así que miro bien delante a Juan que me marca la trazada, tiro de la moto y ahí voy detrás.

Sí, realmente ni sé a cuánto iba. Poco a poco, y yendo muy muy deprisa todo el tiempo, fui haciéndome con los mandos de la moto, tímidamente mirando los relojes, tanteando cosas en cuanto podía respirar un momento porque había un coche, una travesía o un camión que adelantar y disponía de una pausa en el ritmo frenético al que íbamos…

No, ésto no es una prueba normal

 

LA MOTO

Impresiona tenerla delante sabiendo que vas a llevarla. Ya se ha convertido en una leyenda. Y sabiendo que su motor muerde, impacta más, o más bien preocupa más, porque no sábes cómo está el resto de la moto 30 años después de salida de la tienda, y vas a ir montado encima. En su día me encantaba por su motor, en ella me enamoré de los SACS, y por lo ligera que se sentía en marcha. ¿Cómo se siente hoy día?.

La postura no es incómoda: las rodillas no están dobladas como en sus sucesoras desde el 89 y, aunque los manillares están bajos, no en exceso. La postura es de carreras pero no tanto y no descartaría para nada hacer viajes en ella, cosa que en una R moderna ni se me pasa por la frente, no me resulta incómoda y el carenado protege bien, sin ser una cúpula grande tipos motos Mad Max de lo 70.

Curiosamente lo que pide la moto no son estribos más retrasados o más bajos, si no manillar más alto para tener una rapidísima sport turismo de altos vuelos para viajes en solitario a todo trapo. Justo lo que más me gusta, mira tú, ¡je! (¿una Suzuki GS1200 SS, mi sueño húmedo?)

Pero sí tardas en acoplarte y sientes la moto rara porque el chasis se siente antiguo. (¡PECADO! ¡HORROR!, ¿QUÉ HA ESCRITO ESTE PLUMILLAS?…) Pues sí, la pipa se nota alta, muy alta, y la parte de atrás muy baja, lo que le da un feeling como éso, una moto de los 70 de esas japo de Mad Max que la ponían semimanillares y burbuja delante y ya tenían una moto deportiva… pero que no lo era. Vamos, que a la FJ le pongo semis y no se nota la pipa tan alta.

Pero a pesar de que está la pipa tan alta y que el depósito va sobre los raíles del chasis, también alto y arriba el peso, no se siente para nada como sus sucesoras del 89 en adelante: me huelo que el peso está mucho mejor distribuído y su reparto es mucho más eficaz, porque, además, las suspensiones no son de tanta calidad. Y se siente más ligera desde que la levantas de la pata de cabra.

La horquilla se hunde demasiado al frenar, lo del antihundimiento este electrónico pues de aquella manera, inexistente, aunque en marcha no se notaba nada raro ni la moto se movía ni flaneaba en curvas tomadas muy fuerte sin contemplaciones. Detrás iba rígida, más que el tren delantero de largo, aunque el notarla tan baja de detrás resultaba raro. Creo que la relación de muelle de amortiguador trasero estaba descompensada con los de la horquilla, de ahí ese feeling raro blando/duro pero que no afectaba a la conducción.

Que el NEAS, el antihundimiento electrónico, diga que es inexistente realmente no es correcto. El sistema, al coger un bache, suelta el hidráulico unas fracciones de segundo para recuperarse después. Como saben nuestros lectores habituales, realmente un antihundimiento funciona como un regulador de hidráulico en compresión y es como debe usarse. No sustituye a los muelles, que son los que sujetan la moto. Así, unos muelles de ratio blanda aunque metas un antihundimiento muy duro sólo conseguirás que se hunda más o menos igual pero que se comporte duro y agrio en mal asfalto, o con tacto que parece duro cuando no hay baches. Exagero para que se me entienda.

Sistema NEAS. Todo funciona muy bien

Para evaluarlo debería haber cogido terreno bacheado, cosa que no hice. En el caso de esta Suzuki al ser electrónico la ventaja es que no nos daría ese mal tacto en terrenos bacheados porque se desconecta. Pero la relación horquilla/amortiguador sigue desequilibrada para mi peso. Puede ser que venga porque Juan es algo más pesado que yo, porque en mi FJ sin equipaje Cipriano, de mi peso, se quejaba de horquilla blanda y Juan la notaba perfecta, cuando al haber sacado unos 20 kg estaba dura de detrás, cosa que noté en cuanto la cogí al día siguiente.

Cuando llegabas a las curvas había que tirar de ella, como he comentado. Decían en la época que por la rueda de 18” delante. Yo creo que es por la geometría de la pipa tan elevada, aunque se beneficiaría enormemente de una rueda de 17” delante… o no, porque la llevaban sus descendientes y aunque eran tan ágiles que entraban solas en curva, se caían hacia el interior, como vimos en la prueba de la 89, haciendo imposible ni seguir a este primer modelo en carretera, a mi juicio, mucho más estable, aplomado, seguro y rígido aun a pesar de tener sobre el papel peores suspensiones y frenos.

Está claro que en los modelos posteriores Suzuki la cagó en el chasis pero bien. De hecho, me encantaría probar esta moto modificada como la ponen allende de nuestras fronteras: llantas modernas de 17” en ambos trenes, neumáticos radiales modernos y levantada de atrás merced a algún amortiguador regulable en altura, así como con barras subidas en tija o alguna horquilla trasplantada de otra GSXR, aunque la horquilla original tiene buena calidad y con muelles acordes debe quedar muy bien.

Éste de los neumáticos es un problema tanto en esta como en la Honda: con sus medidas 110/70/18 y 150/70/18 detrás, no hay el trasero en radial, cosa que una motocicleta de estas prestaciones necesita sí o sí, además de que la elección en el delantero es escasa. La versión J, última de 1.988 de este modelo, con sus llantas de magnesio, un poco más ancha la trasera, y su monta de 160/60/18 lo tiene más sencillo. No es ninguna tontería meter llanta trasera del modelo 88 en las anteriores 86/87 para aprovechar que es de 5” en vez de 4,5”, además sabiendo que las llantas de las primeras series llegaban a flexar.

chasis GSXR1100. Se aprecia perfectamente la altura de la pipa

Eso sí, meter llanta trasera de 17” de 4,5 de una GSXR 1100 del 89 queda estupendo y es muy sencillo, debiendo compensar la altura original con un YSS regulable en altura.

Los frenos eran malos de tacto directamente en esta unidad: la bomba se hunde hasta mitad de recorrido sin actuar. Luego la frenada, a final de recorrido, la verdad es que era contundente y, combinada con la horquilla que ya hemos visto que se hundía en exceso, creo que capaz de hacer un invertido nara recomendable en una moto única firmada por el El Marciano Spencer.

Puestos bien a punto, no son malos, pero hay que afinarlos. He de decir también que venía de mi FJ con sus pinzas Summimoto y su bomba de 16” que dan mejor resultado que hasta en las Yamaha de donde provienen, R1, R6, Fazer, FZ1, FJR…por la situación de bajo centro de gravedad del peso de la FJ y su horquilla casi perfecta reglada como se debe y con sus muelles Hagon.

Por cierto que el tacto frenos/embrague era al revés de como debe: freno blanducho, con un montón de recorrido hasta notar algo, y embrague duro con todo el recorrido por hacer para cambiar de marcha

El motor solo tiene 5 marchas, de tacto Suzuki… digo… perfecto: clickclickclick,  y va que arde, porque empuja como un poseso en todas ellas. Reduciendo a 2ª en una desviación y metiendo puño… 6000 rpm, 7000, 8000… ¡empezaba a levantarse!…”¡QUE NO ERES MI MOTO!, ¡DÓNDE VAS, BICHO!… “ tercera, cuarta, quinta… todas del tirón para tranquilizar al monstruo. Pero ni una sacudida al cortar, ni un cabeceo, ni un inicio de movimiento. ¡Qué bueno!

Empuja en 5ª sin dudas ni titubeos desde abajo. Por descontado. ¡Qué buen motor!. No hay tanta potencia real, debe dar unos 100 CV a la rueda, pero combinado con lo ligera que se siente la moto, se siente desbordante y hay que ser un piloto muy experto para aprovechar este motor.

Y ¡cómo corren las Fjs!. Porque mucho motoraco y ligereza de esta Suzuki, pero en ella iba remando detrás con la lengua fuera para seguir a Juan, rapidísimo en mi FJ.

Llanta 4,5×17

Ahora, ese motor no impresiona tanto como sus sucesoras. Pero no porque no ande… bueno, sí, unos 10 CV menos con ese escape original de lo que debería… (sí, Juan, ya me sé eso de la “originalidad”, pero un Yoshimura también es de la época y vamos…) si no porque su conjunto es mucho más efectivo y equilibrado. No hay color, es que es inmensamente superior lado a lado. No se retuerce constantemente ni intenta tirate a la cuenta al acelerar o en la curva, cuesta pero va por donde le ordenas y no hace tonterías como si tuviera vida propia.

¿Nadie en Suzuki tenía una de éstas cuando lanzaron el modelo K de 1.989 o cuando la desarrollaban?. Peor, ¿nadie dijo nada en posteriores desarrollos?, ¿nadie se hizo eco de las revistas británicas independientes que decían pestes?. Sorprendente el “sostenella y no enmendalla” de Suzuki.

Lo incómodo era que esta unidad iba fatal por debajo de 4.000 – 4.500 rpm. Y al calentarse, más aún: la moto era un suplicio en travesías, parándose en cuanto podía y no respondiendo por debajo de esa cifra, con lo cual tenías que tirar de embrague. Que en una RD 350 vale, pero en este bicho como que no, por si te la pones de sombrero. La verdad, prefería que se calase. El cuadro con lo mínimo, con lo exótico que resulta que no marque por debajo de 3.000 rpm., cosa que en esta unidad precisamente sí se necesitaba porque iba fatal al ir despacio.

Escape original inencontrable. Mejor guardarlo y poner otro

Pero se puede, y fui, como he contado, muy deprisa con ella desde el primer momento. Sí, rara de pipa, sí, en curvas enlazadas es un problema esa falta de maniobrabilidad, porque si te descuelgas a un lado para ayudarla a entrar, luego te encuentras descolgado al lado contrario al necesario en la curva hacia el sentido opuesto. Pero vas en un cohete controlable.

 

¿Y el pasajero?

Esta prueba es aún más rara, sí, porque la moto la ha testado un pasajero que se llama Anabel y que es protagonista en la historia de esta Suzuki.

Nos situamos a finales de los 80 cuando un melenudo Juan llevaba una Suzuki como ésta, afortunado él, y una monada de chica le preguntó: “¿me das una vuelta?”

Juan la paseó como NO debe nunca llevarse a un pasajero, como un psicópata motorizado: a 200, frenando, acelerando y tumbando como un cafre. Bajándose la chica echa un flan, aún la esperaba una buena bronca:

-“¿Cómo te subes en una moto sin conocer al que la lleva de nada?, ¿estás loca?, ¡podrías haberte matado!. A ver si de ésta aprendes y no lo repites”

Pues la guapa chica no repitió con un desconocido y sí con Juan (¡vaya par de ovarios!), y hoy, convertida en la bella y simpática mujer de Juan, comenta que la Suzuki es bastante cómoda para el pasajero.

Creo sinceramente que el amor no sólo es ciego y sordo, es que te hace insensible. ¿Cómoda?, ¿de pasajero?

 

MANTENIMIENTO Y PROBLEMAS

Lo de la refrigeración líquida sigo diciendo, ¿para qué?. ¡Vaya “momio” que estoy hecho!. Pero teniendo este motor de aire con este par y prestaciones, sencillo de mantener, fácil acceso y todo a mano, ¿quién quiere no electrónica, si no incluso refrigeración líquida?.

Reglaje fácil por tornillo y tuerca

El reglaje de válvulas, por tornillo y tuerca en los balancines, es sencillo y sin comprar caras pastillas ni sacar radiador de agua ni manguitos ni nada, porque claro, no hay. Eso sí, el acceso es un poco incómodo por los raíles superiores del chasis y Suzuki además parece que fabricaba estas motos completas y luego , acabadas, se acordaba de que llevan instalación eléctrica y la metían de cualquier manera, empujando todos los mazos de cables sueltos con un palo para que quedasen dentro de la moto.

Añadir que, en el momento de escribir estas líneas, el problema de los tirones se ha solucionado con un buen reglaje de válvulas y carburación acorde.

Suzuki además lleva un proyecto de refabricar piezas para sus motos, con lo que hay más o menos de todo sin problemas, además porque este motor ha durado décadas.

Esta GSXR 1100 es una gran moto aun hoy día. Pero que le hacen falta actualizaciones para volver a ser una R, no es una moto sport turismo, aunque dice mucho de ella que se pueda utilizar en este rol sin problemas.

Y lo fue más aún en 1.986 y con motivos claros. A mi juicio, en efectividad en carretera, sólo una CBR 600 o 900 la superó en 1.992, no la FZR 1000 ni ninguna Kawasaki hasta la ZX6R.

Una reina en su momento, una Reina Roja, que con ese motor y esa agilidad, cortaba cabezas de motos de mayor presupuesto, y aún es capaz de cortarlas en carretera en 2.021, se ha adaptado porque ya nació evolucionada y más allá de su era… y con alguna actualización, mejor aún.

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LAS MÁS BONITAS

Éste ha sido el artículo más complicado de la serie. En el anterior tenía las cosas claras al principio de la clasificación de horrorosas y luego era buscar y clasificar las demás, pero en esta lista ha sido mucho más difícil.

Para que se vea la dificultad: hacer una clasificación de zombies de The Walking Dead es relativamente fácil: el más asqueroso es el más feo, y así. Pero ahora imaginemos que tenemos que establecer una clasificación entre modelos del PlayBoy.
Sí, a uno pueden gustarle las rubias, pero hay morenas, pelirrojas, con el pelo de azul y hasta rapadas que TODAS te parecen lindas. Sin entrar en medidas corporales, que ya es otro problema…. BUF.

Así que el valor de esta clasificación es así o al revés, me da igual. La última me vale…. Aunque sea una Laverda o tenga el pelo de morado 😉

Podría haber añadido la Honda CBR 900 Urban Tiger, la Kawasaki ZXR 750 J, la Kawasaki ZXR 1200 S 2001, la Yamaha XJR 1300, la Bandit 400 Japonesa con carenado clásico… pero por u motivo o por otro, me he decidido por la clasificación que sigue.

 

1º- Suzuki Katana 400 Aniversario 1.992-1.993

Cómo no, he elegido la Katana como máximo exponente del diseño perfecto de una moto. No la original, que esas ruedillas, frenos y demás ya están estéticamente desfasados, sino a mi entender el modelo más bonito de todos, aunque fuera solo para el mercado japonés.

Para mi es la indiscutible número uno. A ver, imaginad que alguien aparece con esta Katana (o con otra, 400, 750, 1000 o 1100) en cualquier sitio, bar, restaurante, lugar de encuentro o zona motera que conozcáis. ¿Quién va a mirar a una M1, o a una Panigale, p.ej.?. A su lado parecen vulgares plasticuchos.

Mi katana 1100

Significó una revolución en el mundo de la moto. Todo lo anterior a la Katana resulta viejo desde el momento su aparición. No había nada como ella. Desde el semicarenado angular hasta el cuentavueltas de agujas de giro invertido.

Cuando aparcaba la 1100 en Madrid luego al volver tenía que apartar a la gente de alrededor. Y hoy, más de 30 años después, una Katana significa un grupo de gente alrededor admirándola. ¿Se puede decir lo mismo de cualquier otra moto?. Sí, soy el primero que pasa de modas, que ya soy mayorcito, y ahí ando con mis FJs… pero me encanta cuando aquí en Tenerife se para casi todos los días algún extranjero y me comenta que qué bonita y excelente es mi moto. ¿A quién no?.

Katana by Sanctuary: arte sobre ruedas

Pues ahora imaginad llegando en una Katana. Pues eso, jaja

El súmun ya son las realizaciones que sobre Katanas hacen los chicos de Sanctuary en Japón, que se nos gastan las papilas salivares babeando. ¡Qué belleza!. Gracias a nuestros políticos es imposible disfrutar ninguna en España. Mira tú qué bien.

 

2º- Suzuki GS 1200 SS 1998-1999

Otra de esas maravillas que se vendió solo en el área del Pacífico. Se ha convertido en un mito y hasta Yoshimura tiene en catálogo un escape en titanio lujurioso esculpido a mano que es una obra de arte, que podéis ver más abajo.

Y encima hasta va muy bien. Motor SACS irrompible de Bandit 1200 limitado, pero que es facilísimo de deslimitar y potenciar, como todas las bestias que montan este maravilloso motor, y parte ciclo a la altura, con dos amortiguadores que funcionan bien. Es como una GSXR 1100 J de 1.988 puesta al día, con buenas llantas y frenos.

Escape Yoshimura de titanio hecho a mano

La buena noticia es que en el Reino Unido las hay matriculadas, así que en teoría es relativamente fácil importarlas. En un par de años, cuando mis niños crezcan, me planteo un viaje a por una. Cruzo los dedos. Sobre todo por el hecho de que luego hay que homologarlas y matricularlas en este p*** país de burócratas.

 

3º- Honda VF 1000 R

Un armario con ruedas. Honda fue a sacar una exitosa, exótica y moderna CB 1100 R y les salió este engendro que fracasó en carreras, que es para lo que estaba diseñada en primer término.

Peso pantagruélico situado muy alto, frenos inútiles, volumen gigante y propensa a calentones por mal diseño de su refrigeración, además que su amortiguador trasero por aire tiene una vida de unos 2 años y es bastante malo… pero, ¿a quién le importa hoy día?

De jovencito iba a Moto Madrid solo a babear delante del escaparate donde tenían una de exposición. ¡Qué preciosidad!. Potente, con detalles de carreras como el eje delantero de cambiado rápido, suspensión Showa con antihundimiento TRAC como la de Spencer, ese colín con 2 faros, el frontal envolvente y aerodinámico… 

Hoy valen un pastón. Y aunque no sean muy buenas motos, hoy día nadie va a competir con ellas y puestas a punto es una moto para viajar solo a todo trapo muy cómoda. Simplemente anular la comunicación de aire aceite en las barras, poner buenos muelles, levantar las barras sobre la tija superior y comprar un buen amortiguador, hacen maravillas.

Caras de segunda mano, y peor, empiezan a faltar piezas, sobre todo repuestos de carenado o de carburadores, con lo cual poner en marcha una parada mucho tiempo puede ser un problema.

4º- Suzuki GSXR 1100 1.985 – 1.992


No he sabido decantarme por un modelo en concreto. Desde la belleza única y clásica de carreras de las primeras, que siguen teniendo aspecto de malas, hasta la última con el frontal bifaro acristalado y sus dos faritos detrás, ya más burguesa y gordota. Quizá la 89, por ser tan horrible dinámicamente la veo más fea. Pero bonita lo es un rato también.

Ahora, para conducirla lo tengo claro: una GSXR de la primera serie con todo en correcto orden de marcha, y del año 88, con la llanta de 3 palos huecos, es mi preferida, la de la primera foto.

1100 R K 1989

Esta moto del año 88 se sigue notando muy muy ligera y con buenos neumáticos modernos radiales disponibles para ella lo úncio para hacer de ella una moto perfecta son sus frenos, un tanto escasos y con tacto bastante mejorable. Y las llantas no flexan como en las primeras series.

Porque encima, aunque era el “coco” de las carreras (unos 40 kg menos y 30 CV más que una FZ 750 en 1986, paremos a pensarlo) es cómoda, con postura amplia y confortable y fenomenal carenado para lo que se estila hoy día. El equilibrio suspensiones/chasis/motor/peso para mi es casi perfecto y lo mejor de la época.

1100 L 1990

Tan buenas tan buenas que sigue siendo más fácil ir deprisa en carretera con una de éstas que con sus sucesoras, incuidas las de agua, más críticas de puesta a punto de suspensiones, con un motoraco que te pone en problemas de la brutalidad de su patada y un chasis muy sensible a suspensiones y tipo de neumáticos.

La 89 es directamente inconducible. Las posteriores, con basculante más largo, van mejor, aunque se nota que en Suzuki no acababan de ponerlas bien a punto y entonces dejaban un millón de combinaciones en sus suspensiones para que el usuario lo intentase.

En España las últimas no se vendieron mucho porque lo cierto es que la Exup lado a lado es más tolerante con las suspensiones y es más fácil de llevar por ello.

1100 N 1992

Lo cual no significa que una Exup sea mejor, de hecho es bastante peor en sus componentes, y un piloto experto preferirá siempre una GSXR 1100, sobre todo en circuito, donde la moto se tara para unas condiciones muy específicas y siempre eran enormemente superiores a todo lo demás, como se veía en los campeonatos AMA americanos donde arrasaban año tras año.

Es una moto preciosa, irrompible, con un super motor y que además se ha beneficiado con el paso del tiempo por la calidad de sus componentes y por el benefico que le suponen los neumáticos modernos hoy día. Hasta trabajando un poco las suspensiones con ellos, una del 89 no intentará arrojarte a la cuneta en la primera curva.

¿Cuál comprar?. La última es la más bonita. Y la atigrada me encanta. Pero como me gustan las motos para usar, una del 88, como he dicho antes, ofrece en carretera el equilibrio perfecto para ir deprisa. No necesito más motor para nada.

 


5º- Yamaha R6 Rossi 2005-2006


La Yamaha R1 no solo estableció un nuevo diseño con esos faros y esa línea tan exquisita. Destrozó a Honda y su todopoderosa hasta entonces CBR 900, o sucesivas versiones. La R1 era más de todo: potente, ágil, manejable, estable… ¡y MUCHO más bonita!

La R6, mini-R1, es una réplica a escala y una fantástica moto deportiva. Ha sido la escogida antes que su hermana mayor por esta decoración aniversario, por su osadía en los colores: eso de pintar una moto diferente por los 2 lados y que, a pesar de esto, sea una maravilla no sólo es un gran trabajo de diseño de gran dificultad, sino que demuestra osadía en el diseño, y más en un mundo tan tradicional como es el motociclismo.
¡Un 10 para Yamaha y su equipo de diseño!

Al elegir a esta R6 rindo homenaje en el mismo apartado a una gran moto como es la R1 en todas sus versiones.

 

6º- Triumph Speed Triple 900 1994-1998

No, no se nos ha “colado” por accidente: aunque nos gustan las motos japonesas de los 80-90, y a ellas va dedicado el blog, las Triumph son cuasi-japonesas. En la nueva etapa de la marca se dejaron de romanticismos absurdos y apostaron ante todo por la fiabilidad y los acabados, copiando a los que mejor lo hacían, los japoneses, y utilizando directamente componentes presentes en toda moto japonesa..

Tenemos de hecho pendientes un par de pruebas de Triumph, porque nos gustan, y mucho.

Ésta es la más bonita de las Speed Triple, incluidas las actuales (que son bastante feas, la verdad. Irán mucho mejor, me consta, pero los chasis, los faros protuberantes y esos colorinches verdes y morados no me van). Sí, será un chasis y motor copia de las GPZ con un cilindro menos, pero los acabados, de primera categoría, la calidad y el contraste de los tornillos sobre el negro de la moto, las líneas que hacen la moto “bruta”… ahora que está de moda lo café-racer, ésta es una de las más bonitas. Y de serie.

Sí, un poco “cabezona” en curvas, grande y con el peso alto, pero ese motor es una delicia en cómo entrega su potencia y para su conducción en carretera. ¡Y es tan bonita!

Raras, escasas y caras de segunda mano. Y con razón. Gran moto.

 

7º- Guzzi V65 Lario

Cuando vivía en Madrid vivía cerca de Motor 2000, el distribuidor de Moto Guzzi, Benelli, Maserati… la verdad es que malas marcas para vender en los 80.

Como era un chaval y casi a diario pasaba por allí, siempre me quedaba un rato viendo las motos de la puerta y las de exposición. V50 Monza, Benelli 654, Guzzis California y muchas Le Mans y hasta una Benelli SEI tenían en exposición. Allí vi por primera vez por cierto la Le Mans III con kit 2000, cuyas fotos no están ni en internet de lo rara que era, yo creo que no vendieron ni una. Era una mejora del modelo base realizada por Lezauto que mejoraba sus puntos débiles y modernizaba bastante la moto.

Al cabo del tiempo Lezauto tomó la distribución y se trasladó justo al lado de casa de mis padres. Y como ya tenía moto, intimé con el Gerente de la tienda, que el pobre debía estar aburrido porque ya nunca había nadie comprando sus marcas. Pobre, porque acabaron cerrando, claro.

Así que probé la V75 Nevada y las V65 Lario y la Le Mans IV que Lezauto tenía de pruebas para las revistas.

Ya no tenían nada que ver con la Guzzi Le Mans que había probado hacía poco de un conocido. Eran duras de suspensiones, el cardan seguía siendo malo y brusco en reducciones , pero cuando te olvidabas de ellas y tirabas simplemente del acelerador (seguía duro) y te limitabas a llevarlas casi monomarcha, aunque un poco bruscas a bajo régimen, iban muy bien, aceleraban y el sonido de las pistonadas del motor era una preciosidad.

Y, fundamental, no te bajabas con media moto llena de aceite. El gerente tenía la Nevada como moto de uso diario y durante el tiempo que estuvo allí la tienda y la moto en la puerta, no tenía ni media manchita de aceite.

Terminación italiana: bonito cuentavueltas y los demás relojes que parecen de broma

La frenada no me daba ninguna confianza. También es verdad que entonces aún me faltaba mucho para llevar decentemente una moto, y para llevar bien una Guzzi debes saber timonear para tener tacto con el freno trasero. Y yo no sabía. Así que al tirar de freno delantero faltaban frenos. Y si pisas detrás y reduces, con el cardan pues malo.

Hay que acostumbrarse. Y como demostraron mucho tiempo grandes pilotos como Carlos Morante en las Series, con una Guzzi se podía ir muy muy deprisa, a pesar de no tener potencia. Y eso habla excelentemente bien de las virtudes del diseño y el chasis.

Es tan rara que no hay ni fotos en Internet

La Nevada era utilitaria y no andaba mucho. Era cómoda y lo malo es que no era suave, como debe ser una utilitaria, así que aunque había ganado mucho en uso y fiabilidad, no se vendió. Como ninguna Guzzi de la época.

La Lario era estéticamente otra cosa: bajita, con sus llantas gorditas de 16, gran cuentavueltas blanco en el centro del cuadro, cúpula mínima, líneas redondeadas y suaves… desentonan, y lo hacía entonces también, sus dobles amortiguadores traseros, y además la lastran en cuanto a uso y agilidad porque son bruscos y duros. Las bieletas y los monoamortiguadores se inventaron por algo, y están a años luz de distancia. Y el problema es que lo estaban ya en la competencia japonesa respecto a esta Guzzi.

La Lario se notaba pequeñita, pero con los Conti que llevaba ésta sonaba preciosa, aceleraba e iba bastante bien en carretera. Dura, pero es que era deportiva, aunque el cuentavueltas era un poco contrasentido siendo tan grande en una moto que la llevabas de oído y monomarcha casi. Muy bonito el cuenta RPM, y los demás relojes, como de broma y pinta de MotoFeber de mi hijo. Eso sí, no era para nada inestable y la llanta de 16” delantera la hacía fácil de llevar, casi como una japonesa.

Le Mans IV 1000. Un fiasco

Pero el problema estaba en ese “casi”. La Lario no andaba como una 600 japonesa de la época. Recordemos la XJ600, VF 500, GPZ 600 o Suzuki GSX 550 ES. No tenía su suavidad para uso diario, ni sus suspensiones, ni su robustez, porque seguía siendo delicada y con más mantenimiento que las japonesas, y con cosas tontas que se rompían, como cables y bombillas fundidas. Y peor, estaba en un país con verdadera hambre de japonesas. Algo así como el Destape, que pasamos que no se le veía la rodilla a una tipa porque era inmoral al “todo tetas” casi en una tarde.

En vivo era mucho más bonita que en fotos. Lamentablemente son tan raras que no he vuelto a ver una en mi vida.

La Le Mans IV era más grande y al ser de mayor tamaño, no tan compacta y fluída de líneas como su hermana pequeña. Su acelerador además era tan duro que ésta si era desagradable. A baja velocidad ibas dando tirones. La mar de antipática. No la probé para notar problemas de estabilidad que decían daba su rueda de 16”, pero realmente no era tan buena de llevar como la pequeña, más compacta y muy fácil.

Hoy dan igual las prestaciones de la Lario, al nivel de una GS 500 más o menos. ¡Y es tan bonita!. Pero claro, una XJ 600 F de la época, el matagigantes de carreras, era más potente, práctica y mucho más barata. Y no había que hacer un curso previo para conducirla: que si cebar los carburadores, que si el cardan y sus reacciones, que si los frenos combinados… Y la XJ era mucho, pero mucho, más fiable. Y más barata.


8º- Honda VFR 750 F 1.994

La incluimos en las 10 mejores motos y no nos vamos
a repetir: es con mucho la mejor de toda la saga VFR (incluida la mastodonte y horrible 1200 actual) y encima es bellísima, con un diseño que no ha pasado de moda y sigue siendo toda una referencia de lujo, terminación y bien hacer en una moto.

 

9º- Kawasaki GPZ 750 Turbo 1984-1985

Otro factor a tener en cuenta y que tenemos que pensar al evaluar los criterios al hacer una lista de motos es el impacto que un determinado modelo nos causó personalmente. De ahí su inclusión en mi calificación.

La primera vez que la vi giraba dentro de una tienda en un expositor en 1.986 a las afueras de Londres. ¡Dios!, ¡Eso no existía en España!, ¡una nave espacial!. Ahora sé que seguía allí porque no se vendían, jeje

Ya el lateral, TURBO, prometía prestaciones únicas. De hecho ninguna 750 fue tan potente como ésta hasta más allá de 1993. Y el cuadro, con sus indicadores digitales, arriba el de presión de turbo, en el depósito otro digital con nivel de combustible… era casi Sci-Fi entonces.

Se vendieron pocas porque aunque era la mejor de las turbo, la parte ciclo era la de una GPZ 750 A normal. Y ya la GPZ 900 ofrecía mejor parte ciclo dentro de la marca, no hablemos de una FJ 1100, muy superior a ambas como demostró en carreras a lo largo de todo el mundo, y ambas sin tanta complicación mecánica.

Hoy día hay conocimiento y experiencia en internet para adaptar parte ciclo moderna y mejorar el turbo de serie, dando incluso más potencia. Se ha convertido en una moto de leyenda. Era la mejor de una raza de poco éxito hoy extinta. Y su diseño, compartido por todas las GPZ, con ese frontal de líneas rectas tipo Darht Vader, un icono en el diseño de la moto.

10º- Laverda SFC 1000

Quien ha leído la entrega anterior sabrá mi relación tóxica de amor-odio con las Laverda. No mencioné que me compré la Jota 1000 después de mi primera moto de verdad, una 500, y que con ella hice mis primeros viajes, excursiones y salidas y nunca me dio los problemas de pesadilla de la Jota. Eso sí, el motor de arranque sonaba como el de un autobús viejo, pero de lo demás no tuve queja. Y era bastante bonita.

Cuadro SFC 1000

La SFC 1000 salió tarde en un mundo que había cambiado barrido por el buen hacer de las motos japonesas. Laverda intentó suavizar sus máquinas primero calando el cigüeñal a 120º que evitaba las vibraciones sísmicas del calado a 180º anterior, y luego mejorando su embrague pétreo, con las mejores suspensiones del mercado, bajando la altura de los chasis para no hacer sólo motos para gigantes, añadiendo cuadros de relojes de verdadero lujo como en la serie RGS… pero seguía con 2 antiguos amortiguadores detrás cuando toda moto de prestigio era monoamortiguador.

RGS Corsa

Y por mucho que intentase potenciar sus motos, nada tenían que hacer contra la competencia de Oriente, consiguiendo solo que las últimas RGA y RGS con preparación Jota se rompiesen en todas las comparativas contra motos deportivas japonesas, con la mala publicidad que da ésto.

Y fue una pena, porque la RGS Corsa era una gran sport-turismo: cómoda, lujosa y potente y esta SFC 1000 tiene unos acabados lujuriosos en suspensiones y frenos, y una estética que es el canto del cisne de las deportivas de los 70.

Cuadro RGS Corsa

Pero claro, estábamos a finales de los 80, no en los 70. Y para que nos hagamos una idea, sólo 2 años después de la aparición de esta Laverda, Honda lanzó su RC 30 en el mercado japonés. Laverda era una marca pequeña y casi artesanal, y su departamento de I+D no tenía detrás a un gigantesco conglomerado de empresas.

Hoy día todas las Laverdas son carísimas. Más aún esta SFC, o incluso una RGS Corsa. Y lo mejor: se siguen usando y rodando por una enorme comunidad de entusiastas.

Mención especial- Honda NR 750 1992

La pongo porque es de los 90, aunque no tengo claro si existen… ¡ya ya, todos hemos visto fotos en las revistas!… y de Big foot o Nessie también, y lo de su existencia no lo tengo claro tampoco.

Además, ¿vale una moto en estas clasificaciones que es casi un prototipo?… así que la sacamos de la lista y la mencionamos para terminar, porque realmente es una belleza.

Honda se fue a lucir tecnológicamente con un motor de pistones ovales y les salió esta belleza. Por otro lado, un fiasco en el mundo real, igual que lo habían sido todas las motos de carreras con ese motor, a todo esto.

Bicho raro enre los raros, exclusiva, escasa y no hecha para rodar, porque hay que cambiarle los segmentos cada 10.000 kms. Imaginad el coste, para empezar de las piezas exclusivas (esos segmentos para pistones ovales no son muy comunes, no), y para continuar de la mano de obra.

Así que en su mayoría están en colecciones privadas y se mantienen paradas por capricho o como inversión. Una pena, porque un vehículo es para usarlo. Los faraones se pasaron la vida acumulando riquezas para que las disfrutaran los saqueadores de tumbas. Pues creo que coleccionar algo sin más para no usarlo es similar. Además, lo malo es que una moto cuanto más tiempo parada, aun nueva, más difícil es volverla a la vida. Y más aún un bicho exclusivo como éste.

Por tanto está bien en este lugar, fuera de las listas, sobre todo porque está fuera del mercado. Porque realmente no es una moto para usar. Era una exhibición de Honda en su momento de su poderío y ahora es una pieza de museo, no una moto. Lo cual es una pena.

 

 

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