¿Nos hemos vuelto tecno-frikis en el team Marmota? ¿nos gustan las motos modernas después de probar esta MT07? ¿vamos a dejar nuestras motos de aleación y acero por plásticos electrotecnificados con ruedas? ¿tiene Wi-Fi?… Lo decimos porque, según los anuncios, en vez de comprarte un coche parece que te compras un smartphone: no se habla de motor, suspensiones, prestaciones o comodidad, sólo de que si tiene pantallita táctil, hablas con él en vez de con la mujer (está claro que su clientela potencial tiene graves problemas psiquiátricos) o pide socorro cuando te estrellas (por estar jugando con los gadgets electrónicos será)

¿Vamos a dejar de montar en moto y nos vamos a pasar a teléfonos con dos ruedas? Al menos, esta MT07 no tiene WiFi y no te va a sobresaltar la voz de tu suegra dentro del casco cuando estés tumbado en plena curva; aunque todo llegará, nos tememos.

Aquí en el Team, pensamos que merece la pena probar esta moto para contrastar lo que nos ofrece hoy día el mercado en el sector económico, y en el sector quizás no del motero novato, pero sí del que quiere una segunda moto.

Si nos vamos a nuestra década favorita de los 80 – 90, puede que este modelo en su clientela fuera el que se compró entonces una XJ 600, VF 500, GPZ 600 o CBR 600 de las primeras. No eran el modelo tope de gama de la marca pero tampoco el de entrada en el motociclismo para la mayoría, habiendo empezado con una XS 400, GSX 400 o incluso una SR 250, o en alguna 125 racing de la época.

Al tajo. Primera sensación según me siento en la moto: el manillar es desmesuradamente abierto. Me recuerda al “invento” que hizo uno a su MT01 haciéndola poco menos que inconducible, excepto si tenías los brazos desmesuradamente largos, como los de un Gibón, quedándote además tirado encima del depósito (literal). Pero esto no así en esta gris/negra mate MT07 porque el corto depósito te hace llegar bien; muy erguido, pecho lobo peludo al aire, pero cómodo.

Engrano primera y salgo despacito. Contrariamente a lo que me esperaba, el motor es muy suave y conducible a pocas revoluciones, nada de tirones o coceos, nada de titubeos, nada de retenciones violentas al cortar gas. Bueno, es Yamaha, no Ducati. Estupendo!

Estiro un poco las marchas porque el dueño de esta moto ha salido disparado montado en mi Honda CBX 750 (-¡¡¡¿dónde va ese?!!!-, me digo) Voy subiendo el ritmo y no hay manera de cazarlo, y me da la impresión que voy a todo GAAASSSSSS!!!… hasta que miro el velocímetro: 80 km/h. ¡JA! Claro, la postura absoluamente erguida como en una silla, con los brazos abiertos y sin carenado hace que parezca que vas a toda leche. Y al revés, dentro del super-envolvente carenado de la CBX, el dueño de la MT me comenta que le daba la impresión que la moto no andaba. Hasta que se fijó en los numeritos del velocímetro, como yo, y que casi se sale de una curva y se traga un autobús (¡ARGGGG!, ¡MI MOTOOOO!)

Boniato digital ilegible… digo… cuadro

Por cierto, el cuadro, una pantallita digital con forma de boniato con montones de rallitas y numeritos es absolutamente inútil: o no se ve nada si da el sol, o te dedicas a mirar en dirección a tu ombligo para intentar descifrar lo que pone y te caes por el barranco.

Esto se aplica sobre todo al cuentavueltas, en la parte inferior (véase sucesión horizontal de barritas verticales), al que para mirar debes apartar la vista de la carretera. Estará diseñado así para que no veas que vas realmente a paso de caracol, será, o para que de paso, como pilla al lado, veas si te has abrochado la bragueta. Me comentó el propietario que realmente sólo se fijaba en el número central del cuadro, que resulta ser la velocidad engranada; cosa curiosa en un bicilíndrico que estira en todas las marchas desde abajo y en el que debería ser supérfluo un contador de marchas. Pero tiene su explicación y su utilidad, como se verá, sobre todo para no romper la moto (y de paso uno mismo).

Motor estupendo. Me recordó mucho al de la SV 650 de carburadores. Empuja desde abajo, sin titubeos, perfecto, pero no estira nada arriba. Como buen bicilíndrico, así que muy apropiado para una conducción fluida sin cambios de marchas. En esta MT el propietario monta un silencioso Termignoni, de sonido precioso y escandaloso, que acentúa más la sensación de correr mucho. Eso, sensación. El asiento parece más incómodo de lo que es, nada más que reseñar. De todas formas, la sensación global de la moto está dominada por las suspensiones: sin bieletas detrás, poco progresiva por tanto, descompensadas por una horquilla blanda. La conducción debe hacerse desde rueda trasera, con el feeling de que vas montado en un neumático gordo con una rueda delantera que hace lo que le da la gana.

Antes de seguir, comentar que toda la prueba se desarrolló en carreteras super cerradas, lentas, con garrotes de 90º, con curvas ciegas que se cierran y luego se cierran más pasada su mitad, de 180º… terreno diseñado para esta moto, la verdad. No encuentro otra cosa para la que pueda servir una moto así. La ausencia de protección hace que pasar de 120 sea una odisea, agravado además por ese manillar gigante que actúa como brazo de palanca y convierte el impacto de una mosca en un hombro en un shimmie escalofriante. Llevar pasajero es absurdo, e ir de turismo, eso, a 80 km/h. Yo prefiero el autobús.

¡Qué frenos! Realmente esta moto necesita ABS: entre la ferocidad de los frenos, la blanda horquilla y la falta de progresividad trasera, los bloqueos serían inmediatos. Pero te hace preguntar el por qué los fabricantes no ponen mejores suspensiones o suprimen las bieletas, como en este caso. ¿Será porque es más barato montar sensorcitos de plasticucho y silicio? El freno trasero malo, por cierto, pero innecesario. Timonear en esta moto agravaría su principal problema – como se verá más abajo – así que mejor olvidarse de él, con lo cual tienes una moto que debes conducir con rueda de atrás pero no puedes apoyarte en ella para corregir. Malo.

Los espejos son piezas de diseño absolutamente inútiles: yo me veía los guantes. Para lo único que podrían valer, y que es para ver si tienes bien hecha la manicura, no sirven tampoco por lo de llevar guantes, claro. El claxon, es un mini botoncito imposible de accionar porque por el camino tropiezas con los intermitentes, también mini botones. Y mis dedos son finos, así que los que tengan la mano como Shreck que se busquen otra moto o toquen claxon y marquen intermitencia todo a una. Y aquí es donde caemos en la cuenta entonces de que la idea del escape Termignoni escandaloso es estupenda, porque te oyen, en vista de que usar claxon e intermitentes es tan complicado.

Esta unidad montaba unos increíblemente pegajosos y blandos D208, con lo que a pesar de que la rueda delantera vivía su vida independiente del resto de la moto, el estar acostumbrado a pilotar con rueda de atrás y no tocar mucho el freno hizo que enseguida fuese a un ritmo bastante aceptable, adaptándome enseguida. Y empecé a pillarle el gustillo, aprovechando el empuje del motor y dejándola correr entre curvas. Pero ojo, es aquí donde esta moto te puede dar el hachazo. Yo iba avisado por su propietario, y lo que he expuesto más arriba del numerito de la marcha engranada cobra todo su sentido: llegas a una curva muy cerrada en 3ª y das gas y la moto no sale, reduces a 2ª al frenar para salir deprisa… y el bloqueo de atrás hace que te pongas la moto de sombrero. Peligrosísimo! La desmultiplicación entre 2ª y 3ª es demasiado abierta: la 2ª es muy corta y la 3ª muy larga. Por eso hay que estar mirando la marcha engranada antes de frenar.

Esta moto necesita un embrague anti-bloqueo como medida básica de seguridad. Que curiosamente y sin necesitarlo tanto, monta mi CBX de 1985. A final del día la salida en moto casi acaba en tragedia cuando al propietario de la MT07 le hizo un bloqueo salvaje como a 60 km/h, y yendo tranquilo, cosa que “disfruté” en modo vista panorámica desde la moto de detrás y me puso los pelos como escarpias.

He dejado clara esta prueba: mucha propaganda con el ABS y diseñas mal una relación de cambio, que conjuntamente con una suspensión barata de producir y sin bieletas, hace que puedas tener un accidente. Tremendo. Un buen amortiguador nunca suple la falta de sistemas progresivos, con lo cual la única solución sería instalar un embrague anti-rebote – unos 1200 euros. O comprarse otra moto, claro, que es realmente lo recomendable.

Volvamos al párrafo comparativo con el que comenzamos este artículo: ¿es comparable esta MT07 con lo que significaron en su día las motos arriba descritas? Podríamos andarnos con comparaciones diversas, hablar de tecnología inútil porque al final la moto moderna va como va, y dar rodeos. Lo decimos claro: busca una de las arriba mencionadas, ponla bien a punto y tendrás una moto mejor, más segura, más útil, más estable y que te durará más. Y además ahorrarás un montón dinero para gastarlos en ruedas, gasolina y viajes.